Muchas veces, las personas impulsivas realmente no pueden evitar su comportamiento. De hecho, algunas personas están genéticamente predispuestas a la impulsividad, y un puñado de enfermedades mentales como el trastorno límite de la personalidad y el trastorno bipolar se caracterizan por comportamientos impulsivos. No es necesario tener una enfermedad mental para actuar de forma impulsiva, pero la participación en tales comportamientos podría estar causando más estragos en su salud mental de lo que pensaba.
Aquí hay 5 ejemplos de (muchos diferentes) comportamientos impulsivos que podrían estar destruyendo su salud mental.
Beber en exceso
El consumo excesivo de alcohol y las borracheras son peligrosas, ya que el alcohol altera las sustancias químicas del cerebro y afecta al funcionamiento de los neurotransmisores, lo cual es crucial para una buena salud mental.
Todos sabemos que la bebida tiene una forma de hacernos liberar nuestras inhibiciones… y eso no es necesariamente algo bueno. Por ejemplo, la impulsividad del consumo excesivo de alcohol puede llevar a comportamientos impulsivos aún más lamentables, como iniciar una pelea o tener relaciones sexuales sin protección. El alcohol es un depresivo, y beber en exceso puede hacer que una persona deprimida se deprima más, así como que sea más probable que contemple el suicidio o la autolesión.
Tomar drogas
Hay una gran cantidad de drogas peligrosas por ahí que pueden causar efectos negativos a largo y corto plazo en la mente. Muchas drogas son altamente adictivas, por lo que lo que empezó como una decisión impulsiva (probar una determinada droga) puede desembocar en una dependencia total, especialmente en alguien ya predispuesto a la adicción.
Las drogas provocan cambios en el cerebro, que van desde la paranoia hasta las alucinaciones, y esos efectos pueden no cesar cuando se acaba el viaje. Por ejemplo, el consumo de metanfetamina puede aumentar el riesgo de padecer síntomas de esquizofrenia, y el consumo de cocaína a largo plazo altera el cerebro de forma que hace más difícil sentir placer y felicidad sin consumir drogas.
Se vuelve violento &Agresivo
Todo el mundo se enfada de vez en cuando, pero la mayoría de la gente es capaz de resistirse a la violencia real. Sin embargo, algunas personas tienen problemas para contener su rabia e impulsivamente acaban peleando físicamente con alguien, dando puñetazos a objetos, rompiendo cosas o gritando.
A largo plazo, recurrir a la violencia y a la agresión cuando se está enfadado tendrá como resultado la incapacidad de procesar la ira de forma saludable. Además, es probable que las personas que arremeten experimenten culpa y vergüenza después de su episodio violento.
La violencia doméstica también es un problema para quienes tienen problemas de control de los impulsos, lo que hace insostenible una relación sana y traumatiza a su pareja. Por no hablar de las implicaciones financieras y legales si se daña la propiedad de alguien, o peor aún, si se hiere físicamente a alguien.
Los juegos de azar
Algunas personas pueden apostar responsablemente, poniendo unos cuantos dólares en negro o disfrutando de la camaradería y la emoción de una partida de cartas semanal con los amigos. Sin embargo, una apuesta impulsiva en una carrera de caballos o una gran ganancia en una máquina tragaperras puede exponer a alguien a un subidón de jugador, alimentado por la adrenalina y la emoción de asumir riesgos.
Cuando el hábito del juego se va de las manos, puede causar una multitud de problemas en la vida personal de alguien. El juego puede consumir su tiempo, dejarle endeudado o hacer que preste más atención al hábito en lugar de a las cosas importantes de la vida, como las relaciones o el trabajo.
El estado de ánimo general y la felicidad pueden llegar a depender de las ganancias del juego, y es probable que se produzca una depresión cuando un jugador tiene grandes pérdidas. El juego también puede convertirse en un medio de evasión. Debido a la falta de habilidades de afrontamiento, los escapistas no pueden enfrentarse a sus problemas y emociones de una manera saludable.
Comer compulsivamente
Sí, la comida parece ser más deliciosa cada año, y estar disponible con el toque de un dedo y en un instante, ¡pero hay que poner un límite en algún lugar! Al igual que ocurre con otros comportamientos impulsivos, lo que puede empezar como un «capricho» puede convertirse en un hábito completo… en algunos casos, en un trastorno alimentario.
Cuando falta el control de los impulsos, los atracones pueden convertirse en un problema grave. Las personas que se dan atracones pueden llegar a depender de la comida para ayudarles a lidiar con el estrés o las emociones negativas. Si tienen un mal día y tienen comida delante, es posible que no puedan dejar de comer, incluso más allá de la sensación de saciedad. A menudo, los atracones dan lugar a un círculo vicioso que perpetúa la baja autoestima.
Un profesional puede ayudar a frenar los comportamientos impulsivos
Para dejar de tomar decisiones peligrosas e impulsivas, tienes que hacer un esfuerzo consciente para cambiar tu forma de actuar y conseguir ayuda.Y no hay mejor momento para cambiar las cosas que ahora.
Los comportamientos impulsivos pueden tener efectos a largo plazo tanto en el bienestar físico como mental. Si no estás seguro de tener un problema grave con estos comportamientos, habla con un médico o un profesional de la salud mental para que te dé su opinión.