El salmón, las bayas, el brócoli, las almendras y la col rizada están entre las superestrellas del mundo dietético. Pero no son las únicas potencias nutricionales que existen.
Muchos otros alimentos que no se han ganado el estatus de famosos también merecen un lugar en tu plato. Comience con estos nueve.
1. Coliflor
El brócoli es el pariente que se lleva toda la atención, pero su primo más pálido no es un alhelí. Como otras verduras crucíferas, la coliflor es una buena fuente de vitamina C y fibra. Al igual que el brócoli, también tiene una sustancia química vegetal natural llamada sulforafano que puede ser prometedora contra el cáncer, según las primeras pruebas de laboratorio realizadas en animales. Muchas otras cosas también afectan a su riesgo de cáncer, pero la dieta es una de las más fáciles de controlar.
2. Sardinas
Estos pequeños peces tienen un gran valor nutricional. Las sardinas son una gran fuente de ácidos grasos omega-3 buenos para la salud, y pocos alimentos son tan ricos en vitamina B12. También son ricas en vitamina D, compañera del calcio en la fortaleza de los huesos.
3. Tempeh
Conoces el tofu, pero ¿has probado el tempeh? El tempeh también se elabora a partir de la soja, y también está repleto de nutrientes, como proteínas, potasio y calcio.
4. Remolachas
Estas hortalizas de raíz de colores brillantes parecen ásperas por fuera, pero son más suaves y dulces una vez que las cocinas. Las remolachas tienen un alto contenido en antioxidantes, que pueden ayudar a proteger contra el cáncer y otras enfermedades crónicas. Además, se ha descubierto que su zumo, rico en nitratos, reduce la presión arterial y aumenta el flujo sanguíneo al cerebro. Si eres deportista, picar remolacha podría incluso ayudarte a mejorar tu rendimiento.
5. Alcachofas
Puedes asarlas, hornearlas y comer las hojas o el corazón. Acaba con la alcachofa entera y sólo tendrás unas 60 calorías y casi nada de grasa, sin contar el dip o la salsa con la que la hayas comido. Con un alto contenido en fibra, te llenará para que no derroches en alimentos más grasos.
6. Kefir
Esta forma burbujeante de leche fermentada ha sido un alimento básico en las montañas del Cáucaso de Europa del Este durante muchos años. Recientemente, ha comenzado a ponerse de moda en los EE.UU. El kéfir tiene un alto contenido de bacterias «buenas» llamadas probióticos. También se está estudiando por sus efectos antiinflamatorios y anticancerígenos.