La alopecia androgenética femenina (FAGA) es una causa común de alopecia no cicatricial en las mujeres. El inicio puede ser a cualquier edad después de la pubertad y la frecuencia aumenta con la edad. Clínicamente, muestra un adelgazamiento difuso del cabello en la parte central del cuero cabelludo, mientras que la línea capilar frontal suele conservarse. La FAGA puede tener un impacto psicológico importante, que puede provocar ansiedad y depresión. Por este motivo, el diagnóstico precoz es muy importante para detener la progresión de la enfermedad. El medio hormonal sexual es el principal mecanismo patogénico estudiado en la FAGA. El papel de los andrógenos no está claramente definido y sólo un tercio de las mujeres con FAGA muestran niveles anormales de andrógenos. Las enfermedades endocrinológicas con hiperandrogenismo asociadas a la FAGA son el síndrome de ovario poliquístico (SOP), la hiperprolactinemia, la hiperplasia suprarrenal y, en raras ocasiones, los tumores ováricos y suprarrenales. Por lo general, el diagnóstico de la FAGA se realiza clínicamente. Un examen clínico completo y un análisis de sangre pueden revelar otros signos de hiperandrogenismo. La tricoscopia muestra la típica miniaturización del cabello. Una biopsia del cuero cabelludo puede ser útil cuando la evaluación clínica no proporciona un diagnóstico definitivo o cuando se sospecha de alopecias cicatriciales con pérdida de cabello en la distribución de la FAGA o de la alopecia areata. La FAGA es una enfermedad lentamente progresiva. El objetivo del tratamiento es detener la progresión e inducir un rebrote del cabello cosméticamente aceptable. Los fármacos más importantes son el minoxidil tópico y los antiandrógenos orales. El propósito de esta revisión es proporcionar una actualización sobre la FAGA y crear una guía sobre el diagnóstico y el manejo de esta frecuente enfermedad capilar, no siempre fácilmente reconocible de las alopecias cicatriciales con una distribución similar.