BIOdotEDU

Oct 15, 2021

Una vez se creyó que la formación de la primera célula era la parte más difícil y que requería más tiempo de la creación, pero una vez que esa primera célula se había formado, no había tardado mucho en evolucionar los organismos multicelulares.

Las pruebas fósiles muestran que la vida multicelular llegó a existir hace unos 600 millones de años, sin embargo, la edad de la tierra era de más de 4.600 millones de años. Juntando estos dos hechos, parecía que la Tierra no tuvo vida durante sus primeros 3.000 millones de años, y que durante ese tiempo los componentes de las primeras células se sintetizaron lentamente, se juntaron y se ensamblaron en la primera protocélula.

Sin embargo, una vez que se formó la primera célula, las fuerzas evolutivas bien entendidas tomaron el control y muy rápidamente aparecieron criaturas multicelulares, que se adaptaron a una amplia variedad de condiciones ambientales y se extendieron rápidamente por la superficie del planeta.

Pero esta visión convencional parece estar equivocada. En 1965, E.S. Barghoorn y J.W. Schopf buscaron en el interior de un tipo de roca conocida como Fig-Tree cert que se creía que tenía al menos 3.100 millones de años. Allí encontraron los restos fosilizados de diminutos microorganismos que sólo eran visibles con el microscopio electrónico. Estas criaturas recién descubiertas tenían estructuras muy simples y se parecían mucho a las bacterias modernas, por lo que Barghoorn y Schopf llamaron a su descubrimiento Eobacterium isolatum, que significa «bacteria solitaria del amanecer».

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.