Factores de riesgo del cáncer de páncreas

El cáncer de páncreas solía ser una enfermedad de personas de 60 años o más. Sin embargo, hemos visto un cambio recientemente, por razones que no están del todo claras, con pacientes que presentan cáncer de páncreas más temprano. Sin embargo, sabemos que evitando o modificando ciertos hábitos de vida, podemos reducir el riesgo de desarrollar cáncer de páncreas.

Los más significativos de estos factores de riesgo son:

  • Consumo de tabaco
  • Consumo de alcohol
  • Control del peso

El tabaco y el alcohol son toxinas potenciales para el páncreas por sí mismos. Cuando se consumen juntos, aumentan significativamente el riesgo aún más. En cuanto al peso, sabemos que la obesidad y la diabetes de tipo 2 suelen ir de la mano y suponen un mayor riesgo. En algunos estudios, los pacientes con sobrepeso severo tienen un 20% más de riesgo de desarrollar cáncer de páncreas. Por cierto, hasta la fecha no se han realizado estudios claros que relacionen alimentos específicos (por ejemplo, la carne roja) con el cáncer de páncreas.

En pocas palabras, para reducir el riesgo de padecer cáncer de páncreas, no fume, consuma alcohol sólo con moderación y vigile su peso.

También existe un componente genético en el cáncer de páncreas. Según la Sociedad Americana del Cáncer, alrededor del 10 por ciento de los cánceres de páncreas se deben a genes heredados. Aunque en la actualidad pocos cánceres de páncreas parecen estar relacionados con mutaciones conocidas, sólo conocemos alrededor del 20 por ciento de las mutaciones probables que pueden ser responsables del desarrollo de esta terrible enfermedad. Al colaborar de forma proactiva con nuestros pacientes de riesgo y sus familias, esperamos aportar soluciones en el futuro para mejorar el cribado y el tratamiento a medida que sepamos más.

Prevención del cáncer de páncreas

La imagen es la mejor herramienta para diagnosticar el cáncer de páncreas, pero también es útil para ayudar a prevenirlo. Hoy en día, la gente se somete a pruebas de imagen con mucha frecuencia por apendicitis, cálculos renales, etc. Como medida proactiva, examinamos a todos los pacientes que se someten a pruebas de imagen abdominal para detectar la presencia de un quiste pancreático.

Si se encuentra un quiste, el paciente es contactado por nuestra clínica de prevención del cáncer de páncreas. Su caso es revisado por un equipo multidisciplinar que incluye gastroenterólogos especializados en páncreas, así como un equipo de genética del cáncer, que revisa los antecedentes familiares del paciente. A continuación, ponemos al paciente en un programa de vigilancia si se determina que tiene un quiste de riesgo.

Hay que tener en cuenta que los quistes pancreáticos son bastante frecuentes. De hecho, aparecen en aproximadamente el 40 por ciento de los pacientes mayores de 65 años, aunque no todos los quistes pancreáticos son precancerosos. Al incluir a los pacientes de riesgo en un programa de vigilancia, podemos observar pequeños cambios a lo largo del tiempo y tomar medidas antes de que un quiste se convierta en cáncer.

Esperanza para el futuro

La mayoría de nosotros conocemos a alguien que se ha visto afectado por un cáncer de páncreas. Al escuchar esas experiencias, puede parecer que es una enfermedad imbatible. Ciertamente, los números no están de nuestro lado – todavía.

Pero hemos visto dos avances significativos en la última década más o menos que nos dan mayor esperanza. En primer lugar, los procedimientos quirúrgicos se han vuelto mucho más seguros, lo que significa que hemos podido ampliar con seguridad los límites de lo que podemos ofrecer desde una perspectiva quirúrgica. Esto incluye cosas como la extirpación y reconstrucción de los vasos sanguíneos alrededor del páncreas, algo que antes no podíamos hacer de forma segura y que hacía que la cirugía potencialmente curativa no fuera una opción para algunos.

El segundo gran avance ha sido el desarrollo de quimioterapias combinadas más eficaces. También estamos viendo más terapias dirigidas e inmunoterapias. Estos nuevos tratamientos médicos nos permiten dirigirnos a los cánceres de los pacientes, reducirlos y, a continuación, llevar a más pacientes a la cirugía para, con suerte, eliminar la enfermedad restante. De hecho, en los últimos años, hemos observado un aumento de dos a tres veces en el número de pacientes cuyos cánceres se consideraban antes inoperables, pero que ahora pueden ser tratados quirúrgicamente tras un tratamiento con quimioterapia más eficaz.

Algún día las probabilidades estarán de nuestro lado. Con la creciente concienciación sobre los síntomas, los avances en la prevención y el cribado, y las opciones de tratamiento cada vez más amplias, tengo la esperanza de que ese día llegue más pronto que tarde.

¿Ha sido usted o un ser querido afectado por el cáncer de páncreas? Utilice el hashtag #CallOutCancer para compartir palabras de ánimo y consejos con otras personas en las redes sociales.

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