En 1991, el Consejo de Delegados de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja pidió a la FICR «que creara un grupo de expertos para estudiar la posibilidad de elaborar un Código de conducta relativo a la ayuda humanitaria en situaciones de desastres naturales y tecnológicos». La FICR colaboró entonces con el Comité Directivo de Respuesta Humanitaria (SCHR), una red de las principales ONG internacionales y el CICR, para elaborar el Código de Conducta del Movimiento Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja y de las ONG para el Socorro en Casos de Desastre en 1994. El Código fue «acogido» por una resolución de la Conferencia Internacional de la Cruz Roja y de la Media Luna Roja (que incluye a todos los Estados parte de los Convenios de Ginebra, así como a los componentes del Movimiento) al año siguiente.
El Código de Conducta establece diez principios básicos, así como tres anexos con recomendaciones para los gobiernos de los Estados afectados, los gobiernos donantes y las organizaciones intergubernamentales. A lo largo de los años, la adhesión al Código se ha convertido en una forma importante de que la Cruz Roja y la Media Luna Roja y las ONG se definan como humanitarias.