La lactancia es saludable para las madres y los bebés, pero es mucho más difícil de lo que muchas mujeres esperan. Esa es una de las razones por las que muchas mujeres abandonan la lactancia en el primer mes, aunque los expertos, incluida la Academia Americana de Pediatría, recomiendan la lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses, y seguir amamantando durante al menos el primer año y todo el tiempo que sea beneficioso. Pero aunque no produzcas suficiente leche, te duelan los pezones o el bebé se niegue a agarrarse al pecho, no debes renunciar a ella. Los asesores de lactancia -profesionales de la salud especializados en lactancia materna y con una certificación especial- pueden ayudarte.
¿Qué es un asesor de lactancia?
Las asesoras de lactancia son profesionales de la enfermería que ayudan a las nuevas mamás en sus esfuerzos por amamantar, y también proporcionan educación y preparación prenatal a las parejas embarazadas. Cualquiera puede llamarse «asesora de lactancia», pero es mejor encontrar una que esté certificada como Asesora de Lactancia Certificada por el Consejo Internacional.
¿Cuán eficaces son estas profesionales a la hora de ayudar a las nuevas mamás a empezar y mantener la lactancia? Mucho. Una reciente revisión publicada de 16 estudios sobre la lactancia materna, compuesta por más de 5.000 madres, descubrió que el hecho de contar con la ayuda de consultores o asesores de lactancia materna aumentaba de forma apreciable el número de mujeres que iniciaban la lactancia, impulsaba las tasas de lactancia y ayudaba a más mujeres a amamantar exclusivamente a sus recién nacidos.
Cuándo llamar a una asesora de lactancia
El mejor momento para llamar a una asesora de lactancia es cuando estás embarazada, ya que la asesora puede ayudarte a prepararte mental y físicamente para la lactancia. Te hará practicar cómo sostener a tu bebé para que se alimente de forma óptima y te ofrecerá consejos sobre todo tipo de cosas, desde el mejor sacaleches hasta cómo conseguir que tu pareja participe en la lactancia. La orientación de un asesor puede ser especialmente útil si tu bebé es prematuro (algunos bebés prematuros carecen de la coordinación necesaria para succionar, respirar y tragar) o tiene discapacidades físicas o neurológicas. Sea cual sea su contratiempo, su asesor puede trabajar directamente con usted para desarrollar una solución personalizada.
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La información sobre la sala de partos
Después de que nazca su bebé, una asesora de lactancia puede ayudarle a superar cualquier número de retos del nuevo bebé, incluyendo:
- Poca producción de leche
- Problemas para alcanzar los hitos de peso
- Dificultades con la posición correcta para amamantar, especialmente después de una cesárea
- El bebé se duerme al pecho
- El bebé se niega a tomar el pecho
- Sesiones de lactancia maratonianas que dejan a la madre agotada
- Barreras emocionales y físicas para la lactancia, incluida la depresión posparto
Trabajar con una asesora de lactancia: consejos para el éxito
La relación con su asesora de lactancia es lo más íntimo que puede haber, así que asegúrese de elegir una que apoye los objetivos de lactancia de su familia y que esté disponible cuando la necesite. Estos consejos pueden ayudarle a sacar el máximo partido a la relación.
Entreviste a su asesora antes de contratarla. La mayoría de las familias dedican más tiempo a elegir un fontanero que una asesora de lactancia, pero no debería ser así. Pregúntele cuánta experiencia tiene con madres como usted, cómo ha manejado las situaciones difíciles, su filosofía sobre la alimentación con fórmula y cuán accesible será cuando la necesite.
Algunas madres se sienten más cómodas con una asesora de lactancia que ha tenido experiencia real con la lactancia, así que puede preguntarle si ha amamantado a sus propios hijos. Igualmente importante es que evalúe su estilo y su forma de «dar el pecho», ya que se trata de una persona que va a estar con usted cuando está más vulnerable. Algunas madres quieren un tipo de «sólo los hechos» que adopte un enfoque clínico. Otras prefieren una asesora de lactancia con un estilo compasivo y cariñoso.
No sea modesta. Al igual que muchos profesionales de la salud, las asesoras de lactancia se sienten increíblemente cómodas con el cuerpo humano y sus diversas formas, olores y excreciones. Tú también deberías estarlo, no importa lo «asquerosa» que te sientas. Una vez que llegue el bebé, la asesora se mostrará muy atenta -literalmente- a la hora de ayudarte en la transición a la lactancia normal. Es de esperar que te apriete o manipule los pechos mientras se asegura de que el bebé está en la mejor posición para alimentarse, y no te sorprendas si te pone un poco de pomada en los pezones hinchados y agrietados. Confía en ella y no te sientas avergonzada. Su trabajo es ayudar.
Averigüe su filosofía sobre la alimentación con fórmula y los suplementos. Aunque todas las asesoras de lactancia creen en los beneficios de la leche materna, algunas son más flexibles que otras. No querrás sentir ni un tufillo de vergüenza si decides dejar de dar el pecho antes de tiempo. Asegúrese de antemano de que su asesora de lactancia la apoyará si finalmente toma esa decisión.
Divulgue todo. Aunque su asesora de lactancia no es un médico, es importante que comparta todos los aspectos de su vida que puedan afectar a su producción de leche o a su salud en general. Esto incluye la dieta y los hábitos de ejercicio, el sueño, los conflictos con otras personas, los pensamientos oscuros y cualquier suplemento o medicamento que pueda estar tomando.
Comprueba su facilidad para la tecnología. Algunas madres prefieren comunicarse con los asesores sanitarios a través de mensajes de texto o videochat. A otras les gusta compartir momentos íntimos de la nueva mamá (como una sesión con una asesora de lactancia) en las redes sociales. Si tu consultora puede aparecer en Instagram, asegúrate de que está de acuerdo.
Cómo encontrar una asesora de lactancia
Aunque muchas asesoras de lactancia trabajan de forma independiente, algunas colaboran con médicos, enfermeras, comadronas, o son parte del personal o del contrato de los hospitales o centros de lactancia.
Muchos hospitales y centros de parto proporcionan una para todas las futuras mamás, así que comprueba si el tuyo lo hace cuando organices tu visita previa al parto. Pero incluso si su centro no lo hace, es bastante fácil encontrar uno. Pide a tu obstetra o a tus amigas madres que te recomienden una consultora de confianza, o localiza una consultora de lactancia por tu cuenta. Sólo tienes que introducir tu código postal en el sitio web de la Asociación Internacional de Consultores de Lactancia.