Granulocitos inmaduros
Históricamente, la medición de las células mieloides inmaduras, como las bandas, se ha considerado clínicamente útil para el diagnóstico de la infección, especialmente para la sepsis neonatal. Sin embargo, la mayoría de los hospitales han dejado de realizar recuentos manuales de bandas porque se ha demostrado que son inexactos e imprecisos. Quizás el mayor problema del recuento de bandas es la incapacidad de identificar de forma reproducible los neutrófilos en banda. La literatura contiene al menos tres definiciones diferentes de neutrófilo en banda, lo que da lugar a una variabilidad interobservador inaceptablemente amplia. Por ejemplo, el límite de confianza del 95% para los neutrófilos en banda del 5% es del 1% al 12%, para los neutrófilos en banda del 10% el límite es del 4% al 18%, y para los neutrófilos en banda del 15% el límite es del 8% al 24%.
Otros granulocitos inmaduros (GI), incluidos los metamielocitos, los mielocitos y los promielocitos, tienen una mejor definición morfológica y juntos pueden utilizarse como alternativa al recuento en banda. Los GI no suelen detectarse en individuos sanos, pero están elevados en pacientes con infecciones bacterianas, trastornos inflamatorios agudos, cáncer (metástasis en la médula), necrosis tisular, rechazo agudo de trasplantes, traumatismos quirúrgicos y ortopédicos, neoplasias mieloproliferativas, uso de esteroides y embarazo. Por lo general, el aumento de los GI se acompaña de un aumento del recuento absoluto de neutrófilos. Sin embargo, los pacientes de edad avanzada, los neonatos y los pacientes con mielosupresión pueden tener IG elevados sin que se produzca una elevación del recuento de neutrófilos.
Los analizadores de hematología Sysmex XN realizan el recuento de IG como parte del recuento diferencial de leucocitos con una imprecisión notablemente baja (CV cercano al 7%). Además, la precisión de estas mediciones en comparación con el examen microscópico o la citometría de flujo con anticuerpos monoclonales ha demostrado ser alta (coeficiente de correlación de 0,78-0,96).
Los estudios de validación realizados en nuestro propio laboratorio confirmaron que los individuos sanos (n=28) tienen un recuento medio de GI del 0,36% (rango del 0,2% al 0,5%), mientras que los pacientes hospitalizados (n=96) tienen un recuento medio de GI del 2,1% (rango del 2,0% al 6,2%). Un aumento de los GI de >2% puede ser útil para identificar una infección aguda. Los estudios publicados han demostrado una alta especificidad del recuento de GI para las enfermedades infecciosas, pero una baja sensibilidad, lo que excluye el uso de dicho recuento como prueba de cribado para la sepsis.