El bicarbonato de sodio y la ceniza de soda son similares, pero tienen una composición química, reacciones y usos diferentes. El bicarbonato de sodio, conocido como bicarbonato de sodio (NaHCO3) está compuesto por un átomo de sodio, un átomo de hidrógeno, un átomo de carbono y tres átomos de oxígeno. La ceniza de soda, conocida como carbonato de sodio (Na2CO3) está formada por dos átomos de sodio, un átomo de carbono y tres átomos de oxígeno. En ambos compuestos, el sodio se separa del carbono al mezclarse con el agua, pero sus respuestas son diferentes. Cuando el bicarbonato de sodio se descompone, vacila entre un estado ácido y uno básico, mientras que la ceniza de sosa se convierte en una base, que puede utilizarse para neutralizar ácidos.
El bicarbonato de sodio es un ingrediente común en la cocina. Cuando se mezcla con agua y un ácido, desprende gas de dióxido de carbono, que hace que los productos horneados suban. Este subproducto efervescente hace que el bicarbonato sea también un ingrediente útil en las bebidas carbonatadas. El bicarbonato de sodio tiene numerosos usos adicionales: es un desodorante, un ingrediente de la pasta de dientes, un agente de limpieza, proporciona alivio para las aftas y se utiliza para extraer el veneno de las picaduras de insectos y medusas. También puede apagar pequeños incendios, repeler hormigas y cucarachas y evitar que los conejos se coman las plantas del jardín.
Las mediciones de pH (potencial de hidrógeno) revelan si una sustancia es ácida o alcalina, o un ácido o una base. Los niveles de pH se miden en una escala de cero a 14; cuanto más bajo sea el número, más ácida será la sustancia. Las piscinas deben tener un equilibrio de pH en el rango medio, lo que permitirá que el cloro actúe eficazmente sin quemar la piel o los ojos de los bañistas. La ceniza de sosa es más alcalina que el bicarbonato de sodio, y es el aditivo preferido para elevar los niveles de pH en las piscinas.
Uno de los primeros usos del carbonato de sodio fue la fabricación de vidrio, que se remonta miles de años atrás a la producción de vidrio en Egipto. Siglos después, la producción de vidrio sigue siendo el principal consumidor de carbonato de sodio. También es un ingrediente importante en jabones, detergentes, tintes y procesos de fabricación. La fabricación de papel utiliza carbonato de sodio para ablandar las partículas de madera de la pasta.
El carbonato de sodio se obtenía originalmente de las cenizas de algas marinas quemadas, aunque el carbonato de sodio puede obtenerse de las cenizas de muchas plantas, así como de la sal de mesa. En Green River, Wyoming, el lecho de un lago prehistórico contiene unos 200 billones de toneladas de un depósito mineral llamado trona, que es básicamente sesquicarbonato de sodio. El depósito de trona se encuentra entre capas de arenisca y pizarra, y se extrae y transforma en carbonato de sodio. Hay otros depósitos naturales de carbonato de sodio en todo el mundo, como en África, Asia y Oriente Medio. El bicarbonato de sodio, en cambio, no se extrae, sino que es un subproducto de la producción de carbonato de sodio.
La ceniza de sosa también puede producirse sintéticamente mediante el proceso Solvay, creado por un químico suizo en el siglo XIX. Algunos países, como Australia e India, producen carbonato de sodio a partir de piedra caliza, sal y coque. Actualmente, China es el principal productor de ceniza de sosa, aunque Estados Unidos le sigue de cerca, y la competencia entre ambos países es dura. Tras Estados Unidos, los principales productores son Rusia, Alemania, India, Polonia, Italia, Francia y el Reino Unido.