La hepatitis C puede permanecer sin diagnosticar durante mucho tiempo porque las personas a menudo no experimentan síntomas hasta que han desarrollado un daño hepático grave.
Sin embargo, algunos de los posibles síntomas que pueden desarrollarse en los primeros 1-3 meses incluyen:
- fatiga
- fiebre
- pérdida de apetito
- dolor en las articulaciones
- dolor en el abdomen
- orina de color amarillo oscuro
- heces de color gris o arcilla
- náuseas
- vómitos
- amarilleo de la piel y los ojos, llamada ictericia
.heces de color
La mayoría de las personas que no reciben tratamiento contra el VHC agudo acaban desarrollando el VHC crónico. Una persona con VHC crónico puede experimentar las siguientes complicaciones.
Enfermedad hepática
La enfermedad hepática es un proceso de varias etapas que comienza con la inflamación del hígado y puede tardar mucho tiempo en progresar. La inflamación crónica daña el hígado y provoca una acumulación de tejido cicatricial dentro del órgano, lo que se denomina fibrosis.
A medida que el tejido cicatricial crece, sustituye al tejido hepático sano, lo que hace que el hígado sea cada vez menos capaz de funcionar.
Con el tiempo, la fibrosis puede conducir a una cicatrización hepática más extensa y grave, denominada cirrosis. En una persona con cirrosis, el hígado funciona muy mal o no funciona en absoluto.
La hepatitis C es una de las diversas afecciones que pueden causar cirrosis. Otros factores de riesgo son:
- el consumo frecuente y excesivo de alcohol
- la exposición a ciertos medicamentos, sustancias químicas y drogas recreativas
- tener enfermedades hereditarias específicas
- tener una enfermedad del hígado graso no alcohólico
Algunas personas que padecen cirrosis pueden no experimentar síntomas durante algún tiempo. Otras pueden experimentar lo siguiente:
- pérdida de apetito
- pérdida de peso inexplicable
- náuseas
- sensación extrema de debilidad o cansancio
- aparición de vasos sanguíneos en forma de araña bajo la piel
- picazón intensa
- hinchazón del abdomen
- confusión
Insuficiencia hepática
Si una persona tiene insuficiencia hepática, significa que su hígado ha perdido su capacidad de funcionamiento. La insuficiencia hepática es una afección potencialmente mortal que requiere atención médica inmediata.
Cuando la insuficiencia hepática se produce como resultado de una cirrosis, los médicos a veces se refieren a ella como enfermedad hepática en fase terminal (ESLD). En algunos casos, una persona puede tardar meses, años o incluso décadas en desarrollar la enfermedad hepática terminal.
Los primeros síntomas de la insuficiencia hepática suelen incluir:
- náuseas
- pérdida de apetito
- diarrea
- fatiga
A medida que la insuficiencia hepática progresa, una persona puede notar los siguientes síntomas:
- pérdida de peso inexplicable
- pérdida de músculo
- sangrado en el estómago
- vómitos con sangre
- heces negras
- hinchazón en el abdomen, llamada ascitis
- hija
- punzante o que sangra con facilidad
- picazón
- fatiga o debilidad extremas
- confusión u olvido
- coma
Cáncer de hígado
La infección crónica por hepatitis C aumenta el riesgo de que una persona desarrolle cáncer de hígado. Incluso después del tratamiento contra el VHC, una persona que tiene un daño hepático grave sigue teniendo un mayor riesgo de desarrollar cáncer de hígado.
Los síntomas del cáncer de hígado incluyen:
- pérdida de apetito
- pérdida de peso inexplicable
- sensación de saciedad tras una comida pequeña
- náuseas
- vómitos
- ascitis
- dolor en el abdomen
- hígado agrandado, que puede provocar una sensación de plenitud bajo las costillas del lado derecho
- bazo dilatado, que la persona puede sentir como una plenitud bajo las costillas del lado izquierdo
- dolor cerca del omóplato derecho
- picazón
- Igualdad
Otros síntomas pueden ser:
- fiebre
- moretones o hemorragias en la piel
- venas agrandadas en el vientre
Las personas que desarrollan cáncer de hígado como consecuencia de la hepatitis C pueden notar un empeoramiento general de sus síntomas. Los médicos también pueden detectar cambios en las pruebas de la función hepática de la persona.
Algunos expertos recomiendan que las personas con cirrosis se sometan a pruebas de detección de cáncer de hígado cada 6 meses. El cribado consiste en análisis de sangre y ecografías del hígado. Según la Sociedad Americana del Cáncer, este procedimiento de cribado puede mejorar la supervivencia del cáncer de hígado.