El acoso escolar es una preocupación creciente en los Estados Unidos. El acoso escolar causa muchos problemas, no sólo para la víctima, sino también para el acosador. Los estudiantes desean un refugio seguro en casa y en la escuela y los problemas con los acosadores provocan inseguridad en la víctima. El acoso debe tomarse en serio y los profesores, administradores y padres deben trabajar juntos para encontrar soluciones.
Problemas para las víctimas
El acoso puede causar efectos psicológicos negativos de por vida en la víctima de un acosador. La víctima suele sufrir el abuso porque se avergüenza o no cree que vaya a cambiar si lo cuenta. También puede temer las represalias. La víctima de un acosador puede acabar temiendo a los demás y ser incapaz de desenvolverse socialmente. La víctima puede volverse retraída y su trabajo escolar puede empezar a resentirse. Una víctima puede volverse y acosar a alguien que considera más débil, perpetuando así el problema.
Problemas para los acosadores
Un acosador también puede tener problemas de por vida relacionados con el acoso. El Center for Problem Oriented Policing da algunos ejemplos de por qué un acosador pasa a meterse con alguien más débil, como la influencia abusiva en el hogar y la influencia del grupo de compañeros. Si los compañeros del acosador están de acuerdo en que alguien es socialmente diferente, pueden fomentar el comportamiento del acosador. Según un estudio de la Organización para la Lucha contra el Crimen, casi el 60% de los chicos que los investigadores clasificaron como acosadores en los grados sexto a noveno fueron condenados por al menos un delito a la edad de 24 años. El acosador puede estar sufriendo abusos en casa o tener problemas de adaptación en la escuela, por lo que arremete contra alguien más débil.
Soluciones escolares
Las escuelas pueden establecer programas para educar a todos los alumnos desde una edad temprana sobre los peligros y efectos del acoso escolar. Intentar detener el problema antes de que empiece estableciendo parámetros para los estudiantes cuando se enfrentan al acoso. Ofrecer un entorno seguro para que los alumnos puedan hablar de los problemas que puedan tener con otro alumno. Establezca una política relacionada con el acoso, como el asesoramiento obligatorio para el acosador y la víctima y una escala de medidas disciplinarias, como el servicio comunitario obligatorio, en función de la gravedad del caso. Educar a todos los profesores sobre cómo afrontar el acoso en el aula de forma eficaz, mediante la interacción individual con el alumno, la organización de reuniones con los padres de los acosadores y las víctimas, o cuándo y cómo expulsar del aula a un acosador violento. Vigilar las zonas donde los alumnos tienen menos supervisión para evitar que los acosadores tengan oportunidades fáciles de acosar. Anime a todos los alumnos a denunciar los incidentes de acoso, tanto si son víctimas como si son testigos.
Soluciones parentales
Los padres deben entender claramente lo que constituye el acoso y las políticas de acoso de los centros educativos para poder reconocer las señales y tomarse en serio todos los incidentes de abuso entre compañeros. Los padres de un acosador deben tomar medidas para trabajar con el niño averiguando por qué lo acosa y determinando si necesita asesoramiento profesional. Los padres también pueden fomentar la empatía explicando al niño lo que es la empatía y mostrándole el ejemplo. Los padres pueden animar a su hijo a defenderse por sí mismo y enseñarle formas eficaces de gestionar la ira o los sentimientos de impotencia. La comunicación constante, mediante llamadas telefónicas, notas y reuniones entre los padres y la escuela, es necesaria para prevenir el acoso escolar.