Post escrito por
Stephanie Wells
Steph es la fundadora de Formidable Forms, un constructor de formularios de arrastrar &soltar para WordPress que permite a los autónomos crear soluciones basadas en formularios.
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¿Cuando piensas en un líder, qué te viene a la mente?
Independientemente de lo que creas que significa ser un líder, es importante que los que ocupan puestos de poder sepan dirigir un equipo. Una mala gestión se traduce en un mal rendimiento y menos éxitos, lo que podría costarle tiempo, dinero y recursos.
Si quiere convertirse en un mejor líder, siempre hay formas de mejorar y convertirse en un mejor ejemplo para su equipo. Mientras sigas trabajando duro y perfeccionando tus habilidades, verás el progreso dentro de ti como nunca antes.
Aquí tienes cuatro consejos que te ayudarán a convertirte en un mejor líder para tu equipo.
Sé un modelo a seguir.
El dicho popular de «Practica lo que predicas» es algo más que palabras; es una forma honesta de vivir. Ser un líder no es una tarea fácil y requiere mucho trabajo de tu parte. Estás a cargo de un equipo y es tu responsabilidad crear un camino que sea fácil de seguir.
Si quieres que tu negocio funcione de una manera determinada, o quieres que tu equipo haga las cosas de una manera determinada, la mejor manera es predicar con el ejemplo. Los buenos líderes practican lo que predican mucho antes de esperar ese mismo comportamiento de los demás. Tienes que mostrar a tu equipo lo que quieres ver, y ellos te seguirán.
Auto-reflexión.
La única manera de hacer cambios positivos es reconocer que esos cambios tienen que ocurrir en primer lugar. Si te niegas a aceptar tu estilo de liderazgo, no podrás abrir tu mente a nuevas perspectivas. Esto te impide convertirte en un mejor líder y aprovechar todo tu potencial.
Una investigación publicada por Harvard Business Review en 2015 muestra que la autorreflexión mejora el rendimiento laboral. Cuando los empleados dedicaban 15 minutos al final de su jornada laboral a reflexionar sobre cómo les había ido, su rendimiento mejoraba en un 20%. Reconocer sus éxitos y contratiempos les permitió cambiar lo que no funcionaba y mantener lo que sí, lo que cambió drásticamente sus resultados.
Tómate un tiempo al final de cada día para realmente profundizar y reflexionar más. Si ignoras lo que ocurre en tu día a día, nunca podrás cambiar las cosas a mejor ni crear el ambiente de trabajo que deseas.
Confía en tu equipo.
Tus empleados forman parte de tu equipo por una razón; de lo contrario, no estarían allí. Es normal experimentar estrés en un entorno exigente, lo que puede provocarle la necesidad de comprobar el progreso de sus empleados. Aunque no hay nada malo en comprobarlo, hay una diferencia sustancial entre eso y la microgestión.
La microgestión no hace nada por su equipo más que menospreciar sus habilidades y mostrarles que no confía en su rendimiento. Crea una situación de desconfianza y amargura en la que una persona se siente tratada con condescendencia mientras la otra exige más.
Para evitar esto, establezca expectativas claras para su equipo desde el principio. En función de sus expectativas, su equipo sabrá si está preparado para asumir el trabajo y podrá tomar esa decisión por sí mismo. Comuníquese siempre con claridad y pida que hagan lo mismo para que haya menos posibilidades de cometer errores.
Reconozca el éxito.
A todo el mundo le gusta sentirse apreciado por su duro trabajo, especialmente cuando es de alguien a quien admira. Imagina poner todo tu esfuerzo en tu trabajo sólo para que pase desapercibido y no sea apreciado. Eso haría que cualquiera se sintiera molesto e indigno.
Investigaciones de la Oficina de Trabajo y Estadísticas de EE.UU., recogidas por la CNBC, indican que muchos empleados dejan sus trabajos por falta de respeto. Tus gestos de agradecimiento no tienen que ser grandes ni costar un céntimo. Siempre que sean sinceros, marcan la diferencia en la forma en que su equipo se siente en su entorno de trabajo.
La próxima vez que alguien supere sus expectativas o se haga cargo del trabajo, salga de su camino para reconocerlo. Unas breves palabras de reconocimiento son muy útiles y pueden marcar la diferencia. Puedes dejar una nota en su mesa, elogiarles durante una reunión o realizar cualquier otro gesto considerado que les guste para mostrar tu agradecimiento.
Se trata de ser un buen líder.
Ser un buen líder requiere trabajo y dedicación, pero con la suficiente perseverancia, cualquiera puede convertirse en un líder al que otros admiren. Es una gran responsabilidad dirigir bien a los demás, pero si sigues estos consejos seguro que alcanzas tu objetivo más rápido.