El magnesio es un elemento que se encuentra de forma ubicua en la naturaleza. El metabolismo del magnesio y del calcio están estrechamente relacionados. La absorción intestinal y la excreción renal de ambos iones son interdependientes. La relación entre el fósforo y el metabolismo del magnesio es más difícil de demostrar. Las causas más frecuentes de hipomagnesemia en los niños son la reducción de la ingesta, la alteración de la absorción intestinal, la pérdida renal y las enfermedades genéticas. La hipomagnesemia se refleja clínicamente en el sistema nervioso, y hay cambios neurofisiológicos y metabólicos. La hipomagnesemia grave induce una hipocalcemia secundaria en la mayoría de los animales de experimentación, excepto en las ratas. Además, la hipomagnesemia grave induce un hipoparatiroidismo funcional. Los estudios in vitro han demostrado que el magnesio puede modular la secreción de la hormona paratiroidea (PTH) de forma similar al calcio. Una disminución aguda de la concentración de magnesio estimula la secreción de PTH, y un aumento agudo de la concentración disminuye la secreción. Es probable que el magnesio desempeñe un papel importante en el metabolismo de la vitamina D. Algunos pacientes con hipocalcemia y deficiencia de magnesio son resistentes a las dosis farmacológicas de vitamina D o pueden presentar una forma de raquitismo resistente a la vitamina D dependiente del magnesio. Se ha observado que la depleción de fosfato se acompaña de un aumento del magnesio y del calcio en la orina. En pediatría, el síndrome de depleción de fosfato se observa con especial frecuencia en los bebés prematuros, que suelen recibir una dieta baja en P. El magnesio interviene en muchas de las reacciones bioquímicas que tienen lugar en la célula y, en particular, en los procesos de formación y utilización del ATP. Así, a nivel celular, el magnesio desempeña un papel clave en los procesos de transporte iónico.

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