Durante muchos años he estado luchando contra la batalla de los kilos mientras intentaba descifrar y combatir muchas intolerancias alimentarias. Todos los años parece que me quedo corto en la batalla de la pérdida de peso, pero sigo intentando deshacerme de los kilos.
La pérdida de peso supone muchos retos. El hecho de que tenga esclerosis múltiple se suma a la lucha. La esclerosis múltiple puede dificultar los movimientos y también puede provocar una fatiga extrema. Por eso, todo el ejercicio que hago es a paso de tortuga y de duración limitada. Sigo haciendo ejercicio y todo lo que puedo, pero no es un quemador de calorías rápido para mí.
Incluso antes de que me diagnosticaran oficialmente la EM, puedo recordar que tenía problemas de peso y de estómago. Supuse que todas mis dificultades se debían a los nervios, al estrés, a la depresión y al hecho de que me habían extirpado la vesícula biliar hace muchos años. Aunque esas cosas contribuyen a la hinchazón y a las molestias digestivas, sabía que tenía que haber algo más.
Se podría pensar que el primer lugar donde buscaría respuestas sería en los alimentos que estaba comiendo. Sin embargo, nunca establecí la conexión mental entre lo que me metía en la boca y sus efectos sobre mi aspecto y mi estado de ánimo.
Al final, mis síntomas me llevaron a un médico naturista. Fue allí donde mis ojos se abrieron al mundo de las intolerancias alimentarias. El médico me hizo pruebas para ver si algún alimento constituía una intolerancia para mí. El gluten y los lácteos ocupaban los primeros puestos de la lista; estaban saboteando mi digestión y mis intentos de perder peso.
Lo que he aprendido es que perder peso es un círculo vicioso, especialmente cuando se tiene EM. El círculo comienza con un desequilibrio en el tracto digestivo, y si usted también tiene sensibilidades a los alimentos cada problema puede conducir a la inflamación. que luego conduce al aumento de peso, dolor en las articulaciones, y muchos otros problemas.
Para mi desequilibrio del tracto digestivo utilizo el probiótico Culturelle porque es libre de gluten y productos lácteos. Para el seguimiento de las intolerancias alimentarias, escribo un diario de lo que como y documento los cambios. Así puedo eliminar los alimentos que me causan problemas.
Por fin estoy perdiendo peso evitando los alimentos que me molestan (aunque sean mis favoritos.) Antes tenía problemas con la fuerza de voluntad, ¡pero ahora estoy tan cansada de ponerme siempre enferma!
Ahora, no lo considero un plan para perder peso. En su lugar, lo llamo el plan «No quiero enfermar».
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