Resumen

Aunque el Plan Marshall (1948-1951) se concibió como un instrumento de la política exterior estadounidense, y puede percibirse adecuadamente como tal, fue esencialmente una empresa económica: una empresa que consistía en una importante transferencia de recursos financieros y técnicos de Estados Unidos a un grupo de países de Europa Occidental con el fin de ayudar a estos últimos a llevar a cabo tareas económicas específicas y a alcanzar objetivos económicos concretos en un periodo de tiempo determinado. Se demuestra aquí que sólo algunos de los objetivos encomendados por el Congreso de Estados Unidos y apuntados por los países europeos se alcanzaron realmente al finalizar el Plan Marshall. Pero también se argumenta que la importancia del Plan Marshall como programa económico no radica tanto en sus resultados económicos inmediatos a corto plazo como en su impacto a largo plazo. Porque lo que hizo fue sentar una base firme a partir de la cual las naciones europeas pudieran generar su propio impulso económico y alcanzar un punto de crecimiento económico autosostenible en las décadas siguientes a la finalización del propio Plan Marshall.

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