Se han encontrado en Nueva Zelanda fósiles del mayor loro jamás registrado. Se calcula que pesaba alrededor de 7 kg (1,1), por lo que habría sido más del doble de pesado que el kākāpo, hasta ahora el loro más grande conocido.
Los paleontólogos han bautizado a la nueva especie como Heracles inexpectatus para reflejar su tamaño y fuerza inusuales y la naturaleza inesperada del descubrimiento.
El profesor Trevor Worthy, de la Universidad Flinders de Australia, autor principal de la investigación publicada en la revista Biology Letters, dijo: «Una vez que decidimos que era algo nuevo e interesante, el reto era averiguar de qué familia era.
«Debido a que no se han encontrado loros gigantes anteriormente, los loros no estaban en nuestro radar – por lo tanto, tomó algún tiempo para diferenciar todas las otras aves esencialmente de los loros para concluir que el conjunto único de caracteres era definitivo de un loro.»
Paul Scofield, un conservador senior de historia natural en el Museo de Canterbury, dijo que el fósil había sido excavado en 2008, e inicialmente el equipo había pensado que los huesos eran parte de un águila gigante.
Los huesos, que se expondrán en una muestra en noviembre, se encontraron en un yacimiento de fósiles de la época del Mioceno temprano, hace unos 19 millones de años, cerca de Saint Bathans en Otago Central, Nueva Zelanda.
Aunque la zona es ahora muy fría y conocida por su esquí, Scofield dijo que el clima de la época significaba que el loro habría vivido cerca de un lago gigante en un bosque subtropical diverso.
«En aquel entonces, era un entorno subtropical bastante similar al norte de Nueva Gales del Sur, e incluso tenía una vegetación similar», dijo Scofield.
Dijo que el peso del loro significaba que había una posibilidad de que no volara. Aunque se desconoce la dieta del ave, Scofield señaló que la mayoría de los loros actuales son vegetarianos.
«Pero a medida que los animales aumentan de tamaño, se vuelven depredadores», dijo. «Era tan grande que habría necesitado una cantidad considerable de calorías al día».
Scofield dijo que hay otros ejemplos de loros neozelandeses omnívoros que se alimentan de aves marinas.
Los ecosistemas de las islas producen con frecuencia aves grandes, inusuales y a menudo no voladoras, por ejemplo, el kiwi de Nueva Zelanda y el dodo de Mauricio. Nueva Zelanda ha producido un número especialmente elevado de estas especies debido a su gran tamaño, su complejo ecosistema y la falta de depredadores.
Daniel Field, paleontólogo aviar de la Universidad de Cambridge, que no participó en la investigación, dijo: «Tiene que ver con la llegada a un lugar donde no hay depredadores terrestres.
«Desgraciadamente, eso puede hacer que los animales sean susceptibles de extinguirse en caso de que se introduzcan o evolucionen los depredadores terrestres. Es un hallazgo tentador y nos encantaría saber más sobre estas aves extintas. Espero que encuentren más restos en el futuro»
El equipo de Worthy tiene previsto estudiar las aves canoras del mismo periodo. «Quedan varios grupos de pájaros de la Fauna de Saint Bathans por describir y revelar al mundo, sobre todo cuáles eran los pájaros cantores que teníamos entonces: ¿ayudan a revelar los orígenes de los pájaros cantores endémicos modernos, o muestran relaciones más estrechas con los de Australia?», dijo.
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