Galileo es a menudo considerado el padre de la ciencia moderna. Fue él quien reunió los principios del experimento, la teoría y las matemáticas en un marco estándar. Probablemente, más que nadie, Galileo fue la persona responsable del desarrollo de la ciencia moderna.
Se dice que Galileo dejó caer dos bolas de acero de diferentes masas, pero del mismo material desde la torre inclinada de Pisa y aterrizaron al mismo tiempo. Lo notable de este experimento es que introdujo un nuevo método de hacer ciencia en el que se realiza un experimento para comprobar una hipótesis. Demostró que no basta con pensar que algo es cierto, sino que hay que demostrarlo.
Galileo encontró una interesante paradoja mientras dirigía el Departamento de Matemáticas de la Universidad de Pisa.
Definición: Una paradoja, también conocida como antinomia, es un enunciado lógicamente autocontradictorio o un enunciado que va en contra de lo que uno espera. (Wikipedia). (Griego: «para» = más allá, «doxa» = creencia)
La paradoja de Galileo trataba de determinar si dos conjuntos que contienen infinitos objetos son equivalentes entre sí. Por ejemplo, sea P el conjunto de enteros positivos donde P= {0,1,2,3,…} y E el conjunto de números pares donde E = {0,2,4,6,…}. Galileo afirmó que los tamaños de estos dos conjuntos van a ser los mismos porque podemos emparejar cada uno de los enteros positivos del conjunto P con los números pares del conjunto E.
Entonces, ¿cómo es que el tamaño de los dos conjuntos es el mismo cuando aparece un número «menos» en E? Esto se llamó la paradoja de Galileo e inició un nuevo debate sobre el concepto de infinito.
Después de Galileo, su alumno Evangelista Torricelli se convirtió en el jefe del Departamento de Matemáticas de la Universidad de Pisa. Es posible que le hayas oído hablar por sus trabajos sobre la presión atmosférica y la invención del barómetro. Como Toricelli también se interesa por las matemáticas, se pregunta:
¿Es posible tener un objeto con un volumen finito y una superficie infinita? En primer lugar, tal cosa parece improbable para la mayoría de nosotros. Sin embargo, las matemáticas nos dicen que tal cosa podría ocurrir. Torricelli respondió a su pregunta y descubrió la Trompeta de Toricelli, cuya superficie es infinita, pero cuyo volumen es finito. Su descubrimiento visto como una paradoja «increíble».
Por cierto, hay una regla esencial en la filosofía de las matemáticas; Sea cual sea la época de la filosofía o de las matemáticas que se trate, está relacionada con la historia, la cultura y la religión de esa región. Por eso llaman a la trompeta de Toricelli también el cuerno de Gabriel. Aquí se hace una referencia a la Biblia porque los cristianos creen que el ángel, Gabriel, tocará el cuerno en el Día del Juicio Final.
¿Entonces cómo se forma la trompeta de Toricelli? Todos sabemos cómo graficar y=x. Si en cambio graficamos la ecuación y=1/x donde x es mayor o igual a 1, la gráfica será así:
Cuando tomamos la gráfica de y=1/x y la giramos alrededor del eje x, vemos la trompeta de Toricelli.
Afortunadamente, tenemos en nuestras manos fórmulas matemáticas para calcular el área y el volumen de la trompeta de Toricelli. Cuando utilizamos la fórmula de integración siguiente para el volumen de la trompeta, obtenemos una cantidad finita.