El sistema vestibular puede que no sea uno de los cinco sentidos básicos que nos enseñaron de niños, pero podría decirse que es el sentido más fundamental. Es la primera sensación que experimenta un feto antes de nacer y, a medida que nuestros otros sentidos se desarrollan, dependen en muchos sentidos del sistema vestibular para integrarse correctamente. Junto con la cóclea del sistema auditivo, comprende el laberinto del oído interno. El movimiento de los fluidos en estos canales semicirculares nos informa de los cambios en la posición de nuestra cabeza, la atracción gravitatoria y la dirección y velocidad del movimiento. El sistema vestibular envía señales a nuestros otros sentidos cuando es necesario hacer ajustes para que podamos mantener el equilibrio, una visión clara, un tono muscular adecuado y la coordinación.
Las dificultades con el procesamiento vestibular pueden hacer que muchos aspectos de la vida diaria sean un reto. Estos niños pueden parecer perezosos, hiperactivos, torpes, desatentos, impulsivos o ansiosos. La disfunción puede presentarse como hipo o hiperreactiva y, al igual que los otros sistemas sensoriales, un niño puede mostrar comportamientos de ambos.
Los signos de dificultad con el procesamiento vestibular incluyen:
- Disgusto/miedo o ansia/búsqueda de actividades que requieran que los pies abandonen el suelo como columpios, toboganes, montar en bicicleta, saltar o trepar.
- Torpeza o caídas frecuentes
- Se mueve con frecuencia de forma lenta/cautelosa
- Frecuente mareo por movimiento
- Parece que nunca se marea con giros excesivos
- Parece que no se da cuenta del peligro/riesgo o salta impulsivamente, corre, y/o trepar
- Parece estar frecuentemente «perdido» en su entorno o tener dificultades para localizar objetos
- No le gusta que le muevan el estómago o la espalda cuando es un bebé o que le inclinen la cabeza hacia atrás
- Se balancea, gira, da vueltas o inclina la cabeza con frecuencia. También puede observar atentamente los objetos en movimiento
- A menudo prefiere las actividades sedentarias
- Dificultad para permanecer sentado o no puede mantener la atención sin moverse
- Dificultad con la lectura, la escritura y/o las matemáticas
- A menudo se encorva, mantiene la cabeza con las manos o prefiere estar tumbado
Si nota estas señales de alarma en su hijo, es importante proporcionarle tantas oportunidades de movimiento dirigidas por el niño como sea posible. Tenga cuidado de no balancear o hacer girar a su hijo excesivamente, ya que esto puede causar reacciones adversas como náuseas o cambios en la respiración y el ritmo cardíaco. La consulta con un terapeuta ocupacional puede ayudarle a identificar actividades que incorporen sistemas sensoriales adicionales teniendo en cuenta el nivel de seguridad actual de su hijo.
A continuación se presentan algunas sugerencias de experiencias de movimiento importantes para incorporar a lo largo del horario semanal de su hijo:
- Saltos y volteretas
- Rodar el tronco
- Saltar la cuerda
- Montar en bicicleta
- Nadar
- Gimnasia
- Tumbarse boca abajo para completar las actividades
- Escalar a través o colgarse boca abajo de las barras de los monos
Más sobre los subtipos de SPD:
- Trastorno del procesamiento sensorial: Los subtipos
- Entendiendo el Trastorno de Procesamiento Sensorial: El Sistema Táctil
- Entendiendo el Trastorno de Procesamiento Sensorial: El sistema auditivo
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