Muchos estudios han investigado la clasificación de los seres vivos. Nuestro estudio aborda un problema diferente: la atribución de vida a un componente de un organismo vivo, concretamente los huesos. La tarea implica no sólo especificar lo que entendemos por «vivo», sino que también requiere un «pensamiento informado» que conduzca a la comprensión del concepto de vida en sí mismo. Este estudio forma parte de un programa educativo del Museo Cívico Zoológico de Roma. Las preguntas «¿Están vivos los huesos cuando están dentro del cuerpo vivo? ¿Qué pruebas tienes al respecto? ¿De qué están hechos los huesos? ¿Pueden crecer los huesos? ¿Cómo crecen? ¿Los niños o los animales recién nacidos tienen los mismos huesos que los adultos?» se dirigieron a una muestra de 189 alumnos de entre 7 y 12 años que participaban en el programa, y a una muestra de más de cien alumnos de 17-18 años que visitaban el Museo. No sólo los alumnos más jóvenes consideraron los huesos como entidades no vivas, sino que también lo hizo un alto porcentaje de alumnos de secundaria inferior y superior, aunque muchos de ellos mencionaron que «tienen células» y reconocieron su crecimiento. En este trabajo argumentamos que la adquisición del concepto de vida debería ser una prioridad en el estudio de la biología pero, por el contrario, rara vez es objeto de una enseñanza deliberada y fundamentada en nuestras escuelas.