La estomatitis se refiere a una inflamación de la boca, «estoma» indica una abertura, cavidad o boca y «itis» es el sufijo latino de inflamación. Aunque la estomatitis se refiere más a menudo a las serpientes, se observa en todos los reptiles. La estomatitis es una de las afecciones incluidas en el grupo de «enfermedades del tracto alimentario superior», que incluye cualquier condición patológica que afecte a la cavidad oral, la faringe o el esófago.
¿Qué causa la estomatitis infecciosa?
La estomatitis infecciosa suele producirse como respuesta al estrés, como un entorno con una temperatura inadecuada, el hacinamiento, los parásitos internos o externos, los traumatismos o, especialmente, la mala nutrición. Se ha implicado la deficiencia de vitamina C y los niveles inadecuados de calcio/fósforo en la dieta. Cualquiera de estos estreses suprime el sistema inmunitario del reptil y lo hace mucho más susceptible a las infecciones. Muchos patógenos pueden causar estomatitis infecciosa, incluyendo bacterias, virus y hongos. Pseudomonas, Aeromonas, Salmonella, Klebsiella y Mycobacterium son causas bacterianas.
¿Cuáles son los signos clínicos de la estomatitis infecciosa?
Los signos de la podredumbre bucal pueden variar en número y grado, dependiendo de la etapa de la infección. Puede observarse anorexia, secreción purulenta (pus) en la boca, mucosidad excesiva (salivación) en la boca, hinchazón o enrojecimiento alrededor o dentro de la boca, incapacidad para cerrar la boca, disminución o ausencia del movimiento de la lengua e hinchazón o necrosis gingival. El revestimiento de la boca puede erosionarse y a menudo adquiere un aspecto de «requesón» de color amarillo o gris blanquecino. En los casos graves, puede parecer que la boca se está pudriendo, de ahí el nombre común de esta enfermedad: putrefacción de la boca.
En casos muy avanzados, la cabeza puede estar hinchada; la infección puede extenderse a la mandíbula y/o al cráneo; los dientes pueden aflojarse; y puede desarrollarse una neumonía por aspiración de bacterias. Las bacterias también pueden ascender por lo que se denomina el conducto hardariano, una vía que conecta el interior de la boca con un seno cercano al ojo. En este caso, el ojo puede infectarse e hincharse. Si no se trata rápida y agresivamente, el ojo puede perderse por la infección.
El revestimiento intestinal puede inflamarse (enteritis) como resultado de la ingestión de material necrótico que se ha desprendido de una zona de placa en la boca. En las zonas en las que la necrosis y la ulceración son especialmente profundas, puede formarse un coágulo de sangre que se carga de bacterias y se libera en el torrente sanguíneo con una septicemia resultante (infección bacteriana en el torrente sanguíneo).
¿Cómo se diagnostica la estomatitis infecciosa?
A menudo, el diagnóstico de la estomatitis infecciosa es bastante sencillo basándose en los signos clínicos, un recuento sanguíneo completo (CBC) y el cultivo de la mucosa y/o la secreción. La historia puede aportar pistas importantes en los casos que aún no son evidentes y el único síntoma puede ser la pérdida de apetito. Generalmente se toma una muestra de las lesiones para determinar si la causa es bacteriana o fúngica, y se realiza una sensibilidad. Puede tomarse una biopsia si la afección es sugestiva de cáncer o no responde al tratamiento.
¿Cuál es el tratamiento de la estomatitis infecciosa?
Debido a que esta enfermedad es secundaria a otra afección, ésta debe identificarse y tratarse al mismo tiempo que se inicia el tratamiento de la estomatitis. Si no se aborda la afección subyacente, lo más probable es que la infección vuelva a aparecer una vez finalizado el tratamiento.
En aquellos casos en los que la estomatitis se diagnostica en sus primeras fases, el primer paso suele ser abordar los problemas de cría y/o nutrición. A veces, algo tan sencillo como calentar el entorno ayudará a la recuperación de un caso leve. Las lesiones se desbridan (se elimina el tejido muerto o moribundo), se abren y drenan los abscesos, se lava la zona repetidamente con una solución antiséptica y se pueden aplicar antibióticos tópicos o crema de silvadeno. Estos procedimientos deben repetirse a diario hasta que las lesiones se curen.
Cuando la afectación de los tejidos es considerable, puede ser necesaria una intervención quirúrgica para extirpar el hueso o los tejidos más profundos afectados. En la mayoría de los casos, la terapia antibiótica se administra mejor mediante una inyección, ya sea intramuscular (IM) o directamente en las zonas afectadas.
Los cuidados de apoyo pueden incluir calor suplementario y apoyo respiratorio mediante humidificación. Los suplementos nutricionales pueden inyectarse en las comidas preparadas que se ofrecen. La alimentación por sonda se utiliza generalmente como último recurso.
¿Cómo se previene la estomatitis infecciosa?
No se puede exagerar la importancia de una nutrición y cría adecuadas. Los reptiles, de hecho la mayoría de las especies exóticas, no muestran signos de enfermedad hasta que la enfermedad o la infección están bastante avanzadas, lo que requiere un tratamiento más agresivo y hace que el resultado positivo sea más cuestionable. Las necesidades de cada especie de reptil varían notablemente y deben investigarse antes de adquirir un animal. En condiciones de cría adecuadas, con la debida atención a la nutrición y el entorno, la estomatitis infecciosa no será un problema.