La disfunción eréctil (DE), el problema sexual más comúnmente reportado por los hombres, reduce la calidad de vida tanto de los pacientes como de sus parejas. Incluso cuando es fisiológicamente eficaz, la adherencia a largo plazo a los tratamientos de la DE es pobre. Aquí revisamos la implicación de que las parejas de los pacientes participen en el tratamiento de la disfunción eréctil, empezando por la selección del tratamiento. Sugerimos que la participación de la pareja desde el principio puede promover una asociación erótica del tratamiento con la pareja, es decir, vincular conceptualmente la ayuda con el placer sexual que proporciona la pareja. La hipótesis es que esta asociación erótica debería aumentar la eficacia de la ayuda sexual y podría ayudar a mejorar la adherencia a largo plazo. Sin embargo, el objetivo principal de esta revisión son las opciones no farmacológicas y no quirúrgicas para mantener la actividad sexual de los hombres con DE. Aunque no son tratamientos para la disfunción eréctil per se, los datos anecdóticos sugieren que estas opciones pueden ser eficaces para que algunos pacientes y sus parejas recuperen una vida sexual satisfactoria. Las ayudas que se comentan incluyen las prótesis externas de pene, las fundas para el pene y los dispositivos de soporte para el pene. Estos dispositivos pueden permitir a los hombres participar en las relaciones sexuales con penetración a pesar de una disfunción eréctil de moderada a grave. Las prótesis externas de pene pueden personalizarse para que se ajusten en tamaño y forma a la erección completa normal de un hombre. Las fundas para el pene también pueden personalizarse con el lumen que mejor se adapte al pene del paciente para lograr una estimulación táctil óptima. Revisamos cómo la integración multisensorial puede mejorar la excitación sexual de los hombres que utilizan estos dispositivos, permitiéndoles alcanzar el orgasmo a pesar de la disfunción eréctil intratable. En las clínicas de disfunción eréctil no siempre se aconseja a los pacientes sobre estas opciones ni sobre por qué y cómo pueden facilitar la recuperación sexual no dependiente de la erección. Los clínicos deben conocer estos dispositivos y sus atributos positivos, para poder aconsejar y animar objetivamente a las parejas a explorar su uso como alternativa a los tratamientos más invasivos. La ayuda no médica para la disfunción eréctil más promocionada que se ofrece a los pacientes es el dispositivo de erección por vacío. Discutimos cómo las erecciones logradas con el dispositivo de erección al vacío tienen un «efecto bisagra», que es una barrera subestimada para la eficacia de la erección. Con una erección articulada, el pene apunta hacia abajo en lugar de hacia arriba. Mostramos cómo la cinemática normal del pene durante el coito no es estrictamente lineal (es decir, no es uniaxial; no se limita a entrar y salir), y se ve obstaculizada por la bisagra. El ajuste de la posición, como que la pareja receptiva esté encima, puede ayudar a superar este problema para algunas parejas. Por último, sugerimos que, en el caso de que la disfunción eréctil pueda anticiparse a un tratamiento médico pendiente, como una prostatectomía, los enfoques de prehabilitación pueden mejorar potencialmente la adherencia al uso de ayudas sexuales a largo plazo. En conclusión, existen opciones no farmacológicas y no quirúrgicas para la recuperación sexual. Se justifica la realización de estudios científicos sobre la eficacia de estas intervenciones para restablecer las relaciones sexuales satisfactorias.

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