Como mujeres franciscanas, celebramos el 17 de septiembre la fiesta de los estigmas de San Francisco de Asís, el día en que recibió las heridas de la crucifixión de Cristo. San Francisco es el primer estigmatizado registrado en la historia de la cristiandad.

Tomás de Celano, el primer biógrafo de Francisco, cuenta que éste tenía la costumbre de pasar 40 días de ayuno y oración en el monte Alvernia, preparándose para la fiesta de San Miguel Arcángel. En 1224, un ángel de seis alas se le apareció a Francisco mientras rezaba; al acercarse a él, pudo ver que el ángel estaba crucificado y sufriendo. Tomás de Celano dice que Francisco se llenó de asombro y a la vez de alegría y dolor – «Francisco se preguntaba ansiosamente qué podía significar esta visión… mientras su entendimiento buscaba en vano una explicación y su corazón se llenaba de perplejidad… las marcas de los clavos comenzaron a aparecer en sus manos y pies.»

Oración de los estigmas

Querido Señor, no te pedimos que las heridas de tu cuerpo crucificado se marquen en nuestros cuerpos físicos como lo hicieron en San Francisco de Asís. Sin embargo, como miembros de tu Cuerpo, te pedimos que inflames nuestras almas con amor y compasión, y luego nos des el valor de transmitir estos dones a todos aquellos con los que entramos en contacto.
-Hermana Kathleen Murphy

Trabajo de la Hermana Rosaire Kopczenski, OSF

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