Los forúnculos son bultos rojos y llenos de pus alrededor de un folículo piloso que son sensibles, calientes y dolorosos. Pueden ser del tamaño de un guisante o de una pelota de golf. Se puede ver un punto amarillo o blanco en el centro del bulto cuando el forúnculo está listo para drenar o descargar pus. En una infección grave, la persona puede experimentar fiebre, inflamación de los ganglios linfáticos y fatiga. Un forúnculo recurrente se denomina furunculosis crónica. Las infecciones cutáneas tienden a ser recurrentes en muchos pacientes y a menudo se extienden a otros miembros de la familia. Suelen detectarse factores sistémicos que disminuyen la resistencia, entre ellos: diabetes, obesidad y trastornos hematológicos. Los forúnculos pueden ser causados por otras afecciones de la piel que hacen que la persona se rasque y dañe la piel.
Los forúnculos pueden aparecer en las nalgas o cerca del ano, la espalda, el cuello, el estómago, el tórax, los brazos o las piernas, o incluso en el canal auditivo. Los forúnculos también pueden aparecer alrededor del ojo, donde se denominan orzuelos. Un forúnculo en la encía se denomina seno dental intraoral o, más comúnmente, forúnculo gomoso.
ComplicacionesEditar
Las complicaciones más comunes de los forúnculos son la cicatrización y la infección o absceso de la piel, la médula espinal, el cerebro, los riñones u otros órganos. Las infecciones también pueden extenderse al torrente sanguíneo (bacteriemia) y ser potencialmente mortales. Las cepas de S. aureus infectan primero la piel y sus estructuras (por ejemplo, glándulas sebáceas, folículos pilosos) o invaden la piel dañada (cortes, abrasiones). A veces las infecciones son relativamente limitadas (como un orzuelo, un forúnculo o un ántrax), pero otras veces pueden extenderse a otras zonas de la piel (causando celulitis, foliculitis o impétigo). Desgraciadamente, estas bacterias pueden llegar al torrente sanguíneo (bacteriemia) y acabar en muchas partes del cuerpo, causando infecciones (infecciones de heridas, abscesos, osteomielitis, endocarditis, neumonía) que pueden dañar gravemente o matar a la persona infectada. Las cepas de S. aureus también producen enzimas y exotoxinas que pueden causar o aumentar la gravedad de ciertas enfermedades. Estas enfermedades incluyen la intoxicación alimentaria, el shock séptico, el síndrome de shock tóxico y el síndrome de la piel escaldada. Casi cualquier sistema de órganos puede ser infectado por S. aureus. Apretar o cortar los forúnculos en el triángulo de peligro de la cara puede ser especialmente peligroso si se hace fuera de un entorno médico, ya que los vasos sanguíneos de esta zona drenan hacia el cerebro y pueden llevar allí infecciones graves.
Cuando se revientan, al principio aparece un pus aparentemente sólido y de color blanquecino, y después el pus y algo de sangre.