Cuidados subagudos y de larga duración

Las fracturas de pelvis son tan incapacitantes y peligrosas como las de cadera, con estadísticas similares sobre el número de pacientes que sufren una reducción de la calidad de vida y muertes relacionadas con las fracturas. En un estudio francés de 60 personas hospitalizadas con fracturas pélvicas osteoporóticas, el 82 por ciento eran mujeres, de las cuales el 80 por ciento tenía deficiencia de vitamina D. Las fracturas, el 65 por ciento de las cuales se localizaban en una o ambas ramas del pubis, fueron provocadas por una caída en el 89 por ciento de los casos.1 Durante su estancia en el hospital, el 52 por ciento de los pacientes tuvo alguna complicación, principalmente infecciones del tracto urinario o escaras. Al ser dados de alta, sólo el 31% se fue directamente a casa. En el seguimiento de 29 meses, 11 pacientes habían fallecido. De los que vivían, el 75 por ciento estaba en casa, pero el 60 por ciento necesitaba ayuda para al menos una actividad de la vida diaria; el 6 por ciento de los pacientes tenía una nueva fractura. En un estudio realizado en Hong Kong con pacientes mayores de 60 años, la tasa de mortalidad a un año de los pacientes con fracturas pélvicas osteoporóticas fue del 12% y la tasa de mortalidad a dos años fue del 20%. El 87% de los pacientes eran mujeres. Había una alta incidencia de trastornos cardiovasculares y demencia asociados.2

Identificación del origen del dolor

Cuando se produce un traumatismo en la pelvis, las ramas tienden a fracturarse primero. Los pacientes ingresados en la residencia de ancianos presentan un dolor inguinal que requiere la asistencia de un fisioterapeuta o un asistente de fisioterapeuta para el entrenamiento de la marcha. Dado que las ramas no son necesarias para el soporte estructural de la marcha, no está indicada la cirugía y normalmente no se restringe la carga de peso.

La mayoría de las personas pueden caminar distancias cortas con un andador en una semana y se sienten bastante cómodas en uno o dos meses. La curación del hueso puede producirse en seis a doce semanas, pero la recuperación de la fuerza ósea puede tardar hasta un año. Hay sensibilidad en la ingle y dolor durante el movimiento de la pierna.

Algunos autores consideran que la micromovida, o el movimiento de los huesos rotos, causa el dolor. En presencia de osteopenia u osteoporosis, una fractura de rama púbica no desplazada puede ser difícil de ver en las radiografías hasta que comienza la formación del callo. Además del entrenamiento de la marcha y la transferencia, los ejercicios de las extremidades inferiores deben iniciarse al principio de la estancia del paciente, ya que la mayoría de los pacientes no podrán caminar lo suficiente para recuperar sus niveles anteriores de fuerza y resistencia. Los cojines para sillas de ruedas son imprescindibles para todos los pacientes, y especialmente para los que se sientan sobre fracturas de pelvis y cadera. Cuando el paciente tiene menos dolor, se pueden realizar actividades de equilibrio y marcha de mayor nivel para disminuir el riesgo de futuras caídas. El dolor de espalda es una complicación común, especialmente cuando la articulación SI está dañada directa o indirectamente. Muchos pacientes con fracturas de rama del pubis también se lesionan la articulación SI o la columna lumbar. Otros problemas asociados son la ansiedad, la depresión, el miedo a las caídas, el miedo al dolor, el insomnio, la pérdida de peso, la deshidratación y los efectos secundarios de los analgésicos narcóticos.

Nuevo tratamiento para las fracturas

La Dra. Susan Bukata y el Dr. J. Edward Puzas, del Centro Médico de la Universidad de Rochester, en Nueva York, descubrieron recientemente que Forteo, un fragmento de la hormona paratiroidea humana modificado genéticamente, puede utilizarse para acelerar la curación de las fracturas y reducir el intenso dolor de las fracturas pélvicas y de otras fracturas de curación lenta o que no cicatrizan.3

Forteo (Teriparatide/Eli Lily) se comercializa desde 2002 para el tratamiento de la osteoporosis. Se trata de una inyección subcutánea diaria que se administra en el muslo o el estómago para aumentar la activación de los osteoblastos, las células que construyen hueso nuevo. Forteo es caro, pero puede acortar la duración de las estancias en residencias, especialmente en pacientes con fracturas de curación lenta.

  1. Breuil, V. et al. (2008). Resultado de las fracturas pélvicas osteoporóticas: Una gravedad subestimada. Joint Bone Spine, 75(5), 585-586.
  2. Leung, W. (2001). Prognosis of acute pelvic fractures in elderly patients. Hong Kong Medical Journal, 7(2), 139-145.
  3. Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos: Uso de teriparatida para acelerar la curación de fracturas. Accedido a través de la World Wide Web, el 22 de agosto de 2009, en ClinicalTrials.gov.

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