En su nuevo papel como presidente del banco, Douglass comenzó a familiarizarse con las finanzas y las operaciones de la institución, y se enteró de que el banco estaba debilitado por la falta de fondos y los pasivos sustanciales. En un intento de fortalecer el banco, Douglass depositó 10.000 dólares de su propio dinero en el banco. También notificó al Congreso, que tenía la carta del banco, de su insolvencia. Sin embargo, el banco quebró en junio de 1874, y con él se esfumaron tres millones de dólares pertenecientes a 61.000 afroamericanos.
Sólo unos años después, en 1877, cuando el presidente Rutherford Hayes lo nombró alguacil del Distrito de Columbia, Frederick Douglass se convirtió en el primer afroamericano confirmado para un nombramiento presidencial por el Senado de Estados Unidos. En su calidad de U.S. Marshal, a Douglass no se le pidió que realizara una de las tareas que se suelen asignar al cargo: presentar formalmente a los dignatarios visitantes al Presidente. Aunque se le instó a dimitir en señal de protesta, Douglass no lo hizo y más tarde escribió sobre sus experiencias en la Casa Blanca Siempre fui un visitante bienvenido en la Mansión Ejecutiva en ocasiones de estado y en todas las demás, mientras Rutherford B. Hayes era Presidente de los Estados Unidos. Tengo que decir además que muchas veces, durante su administración, tuve el honor de presentarle a distinguidos desconocidos, tanto nativos como extranjeros, y nunca tuve motivos para sentirme menospreciado por él o por su amable esposa… En 1889, el presidente Benjamin Harrison lo nombró ministro en Haití, cargo que ocupó hasta 1891. Citando la revolución de Haití, Douglass enfatizaba constantemente las conexiones entre sus orígenes y los de Estados Unidos. Estos cargos fueron de los más altos que un hombre afroamericano había recibido en el siglo XIX. Frederick Douglass murió en 1895, dejando tras de sí un rico legado de hombre esclavizado a impulsor del movimiento abolicionista y embajador en la república negra de Haití.