Muchas especies bacterianas son móviles mediante flagelos. La estructura e implantación de los flagelos parece estar relacionada con los entornos específicos en los que viven las células. En algunos casos, las bacterias incluso adaptan su patrón de flagelación en respuesta a las condiciones ambientales que encuentran. La diferenciación de las células en enjambre es un ejemplo notable de este fenómeno. Los flagelos parecen tener más funciones que la de proporcionar únicamente motilidad. Para muchas especies patógenas se han realizado estudios sobre la contribución de los flagelos a la virulencia, pero el resultado no está claro en todos los casos. En general, se acepta que los flagelos son importantes factores de virulencia, y en varios casos se ha demostrado que la expresión y la represión de la flagelación y la virulencia están relacionadas. La motilidad es siempre una característica importante de los flagelos de las bacterias patógenas, pero también se les han atribuido propiedades adhesivas y de otro tipo. En la colonización bacteriana no patógena, los flagelos son también importantes orgánulos locomotores y adhesivos. En varios casos en los que existe competencia entre varias especies bacterianas, se ha demostrado que la motilidad por medio de los flagelos proporciona una ventaja específica a una bacteria. Esta revisión ofrece una visión general de los estudios que se han realizado sobre la importancia de la flagelación en una amplia variedad de procesos en los que intervienen bacterias flageladas.

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