Continuación de la anterior… Al igual que las demás vértebras lumbares, la L5 tiene una región ósea grande y aproximadamente cilíndrica conocida como cuerpo que constituye la mayor parte de su masa. Los cuerpos de las vértebras lumbares son mucho más anchos que profundos y tienen forma de frijol cuando se ven transversalmente. El cuerpo se encuentra por delante del agujero vertebral hueco y soporta todo el peso de los tejidos de la parte superior del cuerpo. Entre los cuerpos de las vértebras lumbares y el sacro se encuentran los discos intervertebrales, formados por un fibrocartílago fuerte y gomoso. Los discos intervertebrales proporcionan soporte, absorción de impactos y flexibilidad a la parte inferior de la espalda.

Posteriormente al cuerpo hay un fino anillo de hueso conocido como arco vertebral. Los arcos vertebrales de las vértebras lumbares son bastante pequeños en comparación con sus grandes cuerpos vertebrales, pero son considerablemente más gruesos y fuertes que los arcos de las vértebras cervicales y torácicas. En la región lumbar, el arco vertebral desempeña la función vital de rodear y proteger los numerosos nervios espinales que atraviesan el agujero vertebral hueco y triangular. Varias apófisis óseas se extienden desde el arco vertebral para proporcionar importantes puntos de fijación para los huesos y los músculos que mueven la parte inferior de la espalda, las caderas y la pelvis.

Las apófisis transversas, un par de finas proyecciones óseas que se extienden lateral y posteriormente desde el arco, proporcionan puntos de fijación para los músculos que estabilizan la columna vertebral y flexionan el muslo en la cadera. A diferencia de las apófisis transversas de las otras vértebras lumbares, las de la L5 son considerablemente más gruesas y anteriores, y se originan en la unión del arco con el cuerpo. La apófisis espinosa, que se extiende posteriormente desde el arco, es considerablemente más corta y gruesa en la L5 que en las demás vértebras. La apófisis espinosa ancla muchos músculos que trabajan juntos para estabilizar, flexionar lateralmente, rotar y extender el tronco. Por último, extendiéndose superior e inferiormente a ambos lados del arco están las apófisis articulares que ayudan a estabilizar la columna vertebral y conectan la vértebra L5 con la vértebra L4 y el sacro. Las articulaciones planas que se forman entre las apófisis articulares de estas vértebras vecinas permiten que los huesos se muevan de forma independiente manteniendo la estabilidad de la columna vertebral.

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