En 1909, Juana de Arco, que había ayudado a Francia a luchar contra los ingleses y fue quemada en la hoguera siglos antes, fue beatificada en la catedral por el Papa Pío X.
La catedral también albergaba la corona de espinas y la túnica de San Luis, que al parecer salieron sanas y salvas del incendio y llegaron al Ayuntamiento de París, según Franck Riester, ministro de Cultura de Francia. Se cree que la corona de espinas es la misma que llevó Jesucristo durante la crucifixión. Primero se encontraba en la Ste. Chapelle de Ile de la Cité, pero luego se trasladó a Notre Dame.
La aguja de la catedral que se derrumbó en el incendio del lunes contenía reliquias -dientes, huesos o cabellos- de los santos patronos de París, San Dionisio y Santa Genoveva. Las reliquias fueron colocadas en la aguja por un arzobispo para proteger la catedral.
¿Qué ocurría cuando se produjo el incendio?
La catedral, en la que se sigue ofreciendo misa los domingos, está siendo sometida a una amplia renovación. En 2017, The New York Times escribió que la catedral necesitaba urgentemente una renovación. El clima y el tiempo habían hecho mella en el edificio. Las gárgolas rotas fueron sustituidas por plástico, la piedra caliza se desmoronaba al tacto.
Se esperaba que la renovación costara casi 180 millones de dólares.
¿Se ha quemado la catedral anteriormente?
Sí. De hecho, el edificio actual sustituyó a una iglesia anterior destruida por el fuego. El fuego volvió a producirse en el siglo XIII, lo que provocó obras adicionales en la catedral entre 1230 y 1240, según el libro «The Engineering of Medieval Cathedrals» (La ingeniería de las catedrales medievales).