Su frustración es comprensible. Las exigencias del día a día de la vida -y caminar por esa vida con alguien que es diferente a ti- es duro. Pero te animamos a que eches un segundo vistazo a lo que dices.

Cuando hiciste tus votos matrimoniales, ¿prometiste quedarte con tu marido «hasta que mis sentimientos cambien»? ¿Escribiste una cláusula de escape en tu contrato matrimonial que te diera permiso para salirte si «te desenamorabas»?

La verdad sobre los sentimientos y el matrimonio

El matrimonio es algo más que sentimientos. También lo es el amor.

La cultura nos dice que el amor es una emoción autogratificante y que el matrimonio tiene que ver con la «autorrealización» y con «satisfacer nuestras necesidades».

Sin embargo, desde una perspectiva cristiana, el matrimonio se basa en el compromiso, en el sacrificio de uno mismo y en poner las necesidades de nuestro cónyuge por delante de las nuestras. Eso no siempre es fácil. Significa aguantar cuando todo parece decirte que te rindas.

Los sentimientos son importantes, pero tienden a cambiar en el transcurso de un matrimonio. En lugar de tomar la decisión de terminar su relación basándose en las emociones, utilícelas como guía.

En otras palabras, pregúntese qué pueden mostrarle sus emociones sobre de dónde viene, cómo llegó a donde está, a dónde quiere ir y qué necesita hacer para llegar allí.

Recuperar el amor

Sus sentimientos podrían decirle que a su matrimonio le falta emoción e intimidad. Pero suponemos que una vez estuvo muy enamorada de su marido.

Redescubra esa fase de su relación sacando fotos de sus días de noviazgo, compromiso y primer matrimonio. Al mirar las fotos de los dos juntos, es probable que recuerde algunos de los sentimientos tiernos y románticos que una vez tuvo por su marido.

Si esos sentimientos han cambiado con el tiempo, es probable que sea porque no ha sido intencional para mantener su matrimonio vibrante. Las relaciones, como los coches, necesitan un mantenimiento regular. Sin él, los motores fallan y las parejas se distancian.

No pierdan su conexión durante los años de crianza

Otro destructor del matrimonio es tener una filosofía de crianza centrada en los niños. Cuando llegan los niños, muchas parejas empiezan a poner todo el énfasis en sus papeles como mamá y papá y muy poco en sus papeles como marido y mujer.

Las mujeres, especialmente, pueden verse tentadas a poner toda su energía emocional en su relación con los niños. Cuando llegan los años de la adolescencia y la universidad, la pareja se ha distanciado tanto que apenas parecen conocerse ya.

Puede invertir esta tendencia reservando tiempo para salir con regularidad. Busque actividades que les den a usted y a su marido la oportunidad de reconectarse. Dedica tiempo a redescubrir lo que os hace saludables como individuos y como pareja.

Elige la esperanza

La buena noticia es que tu marido está dispuesto a trabajar en la relación. Así que ahora tienes que preguntarte: ¿Estás dispuesta a trabajar en el matrimonio? Si te comprometes y te esfuerzas, los sentimientos que creías desaparecidos para siempre pueden volver.

¿Permites que te ayudemos? Llámenos para una consulta telefónica gratuita. Nuestros consejeros licenciados o pastorales estarán encantados de hablar con usted. Y pueden proporcionarle una lista de terapeutas experimentados en su área que pueden ayudarle a recuperar su matrimonio.

Recursos
Si un título no está disponible actualmente a través de Enfoque a la Familia, le animamos a que utilice otra tienda.

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Referencias
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