Adolf Hitler fundó la Schutzstaffel (SS) en abril de 1925, como un grupo de guardaespaldas personales. Con el paso del tiempo, esta pequeña banda de guardaespaldas pasó de tener 300 miembros en 1925 a 50.000 en 1933, cuando Hitler asumió el poder. El responsable de este crecimiento fue Heinrich Himmler, que comandó las SS desde 1929 hasta su desintegración en 1945. Entre 1934 y 1936, las SS obtuvieron el control de las fuerzas policiales de Alemania y ampliaron sus responsabilidades. Debido a estas nuevas responsabilidades, las SS se dividieron en dos subunidades: las Allgemeine-SS (SS generales) y las Waffen-SS (SS armadas). Combinadas, estas dos organizaciones contaban con más de 250.000 soldados en 1939.
La SS General se ocupaba de los asuntos de la policía local y de los «asuntos raciales». El principal componente de las SS Generales era la Reichssicherheitshauptamt («RSHA», Oficina Central de Seguridad del Reich en alemán). La propia RSHA estaba dividida en cuatro subgrupos, incluida la conocida Gestapo, dirigida por Heinrich Müller. La RSHA también se ocupaba del espionaje y el contraespionaje en el extranjero.
Las SS Armadas estaban formadas por tres grupos principales. El primero era el Leibstandarte, la guardia personal de Hitler. El segundo era el Totenkopfverbände (Batallones de la Cabeza de la Muerte), que estaba a cargo de los campos de exterminio y de concentración. El tercer grupo eran los Verfügungstruppen (Tropas de Disposición), una unidad de combate de élite conocida por sus tácticas de lucha extremas, que se mezclaba con el ejército regular de Alemania. Debido a la desagradable naturaleza de sus funciones, los miembros de las SS fueron educados durante muchos años en el odio racial, y se les animó a endurecer sus corazones ante el sufrimiento humano.
A diferencia de las SA («Sturmabtelung», División de Asalto en alemán, también conocida como «Camisas Marrones»), que se consideraban una organización paramilitar independiente que trabajaba por el bien del Estado, las SS estaban bajo el control total de Hitler. Fácilmente reconocibles por la insignia de la «S» en forma de rayo en sus uniformes negros, pronto fueron conocidos como los más puros de los alemanes. Para facilitarlo, Himmler exigía que cada oficial demostrara la historia racial de su familia desde 1700. A medida que las SS crecían y se hacían más complejas, maduraron hasta convertirse en la columna vertebral del régimen nazi.