En otro caso, se prendió fuego a la ropa de un paciente.

Ocho de las víctimas eran vietnamitas, cinco australianas, cuatro griegas, una turca y las otras dos no se han declarado.

No está claro cuántos de los incidentes ocurrieron en Nueva Zelanda, pero la Sra. Harding dice que es probable que ninguno de ellos tuviera lugar bajo la supervisión de un profesional registrado.

«Somos un organismo regulador autónomo, y estamos estudiando la posibilidad de convertirnos en una autoridad reguladora del Ministerio de Sanidad», dice Angie Harding.

«Contamos con procedimientos y directrices clínicas dentro de nuestra organización, en las que se incluye el cupping».

El cupping, que se remonta a antes de Cristo, consiste en calentar el aire dentro de una taza y colocarlo sobre la piel del paciente. Cuando el aire se enfría, se contrae, succionando la sangre hacia la superficie y eliminando las toxinas, según sus practicantes.

«Si hay hematomas internos, puede llevarlos a la piel para que desaparezcan como residuos», dice la Sra. Harding. «También puede sacar las toxinas. Muchos deportistas lo hacen si tienen tensión en los músculos».

Entre esos deportistas se encuentran el nadador olímpico Michael Phelps y la estrella del rugby Sonny Bill Williams, que participa en una variante dura llamada hijama cupping, que implica incisiones en la piel.

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