PROPÓSITO: Evaluamos si las anomalías ováricas detectadas en la ecografía en mujeres posmenopáusicas son precursoras del cáncer de ovario.MÉTODOS: Comparamos los hallazgos de la ecografía transvaginal del examen inicial de veinte mil mujeres posmenopáusicas inscritas hasta la fecha en un ensayo aleatorio de cribado de cáncer en curso con los datos sobre los factores de riesgo establecidos para el cáncer de ovario obtenidos de cuestionarios autoadministrados. Se distinguieron los quistes con las características sospechosas de un tabique, un componente sólido y una pared irregular o gruesa («quistes complejos») de los quistes simples sonolúcidos sin ninguna de esas características.RESULTADOS: La alta paridad, protectora para el cáncer, se asoció negativamente con los quistes complejos (Odds Ratio para cinco o más partos frente a ningún parto = 0,72, IC 95% = 0,53-0,97), pero el uso de anticonceptivos orales a largo plazo no lo hizo (OR = 0,96, IC 95% = 0,76-1,20). Los antecedentes familiares de cáncer de ovario o de múltiples cánceres de mama, un fuerte factor de riesgo de cáncer, no se asociaron con los quistes complejos (OR = 0,99; IC del 95% = 0,68-1,44). Otras anomalías encontradas en la ecografía (incluyendo quistes simples, quistes bilaterales o todas las anomalías combinadas) tampoco compartieron los factores de riesgo establecidos para la malignidad ovárica. No se formó ninguna combinación de características de las anomalías (tabique, ecogenicidad, tamaño o proyección papilar) con el perfil de factores de riesgo de cáncer.CONCLUSIONES: Aunque una proporción muy pequeña de las anomalías ováricas clínicamente silenciosas encontradas en la ecografía resultan ser cánceres de ovario, los restantes quistes complejos y otras anomalías clínicamente sospechosas no parecen ser los precursores inmediatos del cáncer de ovario.

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