Más de un millón de personas se someten a cirugía para reemplazar una rodilla o cadera cada año, según el Instituto Nacional de Artritis y Enfermedades Musculoesqueléticas y de la Piel. Si tiene una dolorosa osteoartritis de rodilla, quizá se pregunte si será uno de ellos.
La cirugía de rodilla puede aliviar el dolor de la osteoartritis de rodilla, pero hay otros tratamientos que debería probar primero y que podrían retrasar su necesidad de cirugía.
Cómo afecta la artrosis de rodilla a su vida
La artrosis -a veces llamada artritis por desgaste- se produce cuando el cartílago de los extremos de los huesos se deteriora, lo que hace que la articulación duela y se hinche. A medida que la artritis avanza, pueden formarse crecimientos llamados espolones óseos, y pueden romperse pequeños trozos de hueso y cartílago en la articulación. La inflamación puede hacer que el cartílago se desgaste aún más.
La artrosis es «probablemente uno de los trastornos musculoesqueléticos más dramáticos», dice el doctor Scott C. Faucett, cirujano ortopédico de los Centros de Ortopedia Avanzada de Washington, D.C.
Al principio, la enfermedad de las articulaciones puede causar algo de dolor y rigidez, pero puede progresar hasta el punto de que sea difícil levantarse de la cama, vestirse y subir y bajar escaleras, dice el Dr. Faucett. También puede aumentar el riesgo de caídas y, si se vuelve sedentario a causa del dolor, puede provocar obesidad, diabetes, enfermedades cardíacas e hipertensión.
Opciones de tratamiento antes de la cirugía de rodilla
No se puede curar la artrosis, pero se pueden tomar medidas para controlarla mejor. Eso puede significar perder peso y reducir las actividades de alto impacto que molestan a sus rodillas. Al fin y al cabo, cada paso que se da hace recaer tres veces el peso del cuerpo sobre la rodilla, dice el doctor William Bryan, cirujano ortopédico del Hospital Metodista de Houston (Texas), y correr hace recaer cinco veces el peso del cuerpo sobre las rodillas.
Esto no significa que haya que volverse inactivo. Las actividades que son suaves para las rodillas -como la natación, el uso de una bicicleta elíptica y el ciclismo (si la artritis no está detrás de la rótula)- pueden ayudarle a perder peso, lo que supone una menor carga para las articulaciones, y a fortalecer los músculos que rodean las rodillas. Los estiramientos, el yoga y el tai chi pueden aliviar la rigidez. El uso de una ayuda ambulatoria, como un bastón, es otra opción para aliviar la presión sobre la rodilla, dice Faucett.
Tomar estas medidas puede ayudarle a controlar la artrosis y retrasar la cirugía.
Fisioterapia. Su médico puede sugerirle fisioterapia para fortalecer y estirar los músculos alrededor de la rodilla.
Medicamentos orales. Los medicamentos o suplementos antiinflamatorios de venta libre o con receta pueden ser el primer paso para aliviar el dolor. Pero el Dr. Bryan dice que no han sido muy eficaces en el tratamiento de la osteoartritis. Además, los antiinflamatorios tienen efectos secundarios como dolor de estómago, acidez y daños en el hígado.
Tópicos. Los geles y las cremas antiinflamatorias están disponibles con receta y sin ella, y ayudan a aliviar el dolor articular de algunas personas, según la Arthritis Foundation.
Inyecciones. El siguiente paso suelen ser las inyecciones de corticosteroides, que Bryan describe como muy eficaces para reducir el dolor y disminuir la inflamación. Sin embargo, el beneficio es a corto plazo y las inyecciones de corticosteroides pueden causar daños si se utilizan con frecuencia. La inyección de ácido hialurónico en la articulación es otra opción que puede mejorar los síntomas de la osteoartritis de rodilla.
¿Cuándo es el momento de considerar la cirugía?
Debido a que la osteoartritis tiende a empeorar con el tiempo, es posible que se llegue a un punto en el que otros tratamientos ya no sean efectivos.
Su médico observará su articulación en una radiografía, y cuando la prueba muestre un problema sustancial -fricción de hueso contra hueso- puede ser el momento de considerar la cirugía de reemplazo de rodilla.
Al considerar la cirugía, tenga en cuenta estas preguntas, dice Bryan:
- ¿Es el dolor insoportable?
- ¿Se ha vuelto inestable su rodilla?
- ¿Se ven afectadas sus actividades diarias, como caminar?
- ¿El dolor afecta a su trabajo, poniendo en peligro su medio de vida?
- ¿La artrosis le causa problemas para dormir?
Otro factor es su edad. Las personas de entre 40 y 50 años tienden a estar menos satisfechas con la cirugía de reemplazo de rodilla porque a menudo quieren ser más activas de lo que permiten los implantes de rodilla, dice Bryan.
Después de un período de recuperación, la mayoría de las personas experimentan un retorno a todas las funciones, incluyendo volver a las actividades cotidianas sin dolor, dice Faucett. Sin embargo, se debe evitar correr o saltar cuando se tiene un implante, y puede ser difícil arrodillarse después de la cirugía, según la Asociación Americana de Cirujanos de Cadera y Rodilla.
Para una persona más joven que tiene hijos, esto puede ser un problema, explica Bryan. Pero para alguien que no sea especialmente activo, poder caminar y subir escaleras después de la cirugía puede ser una mejora valiosa.
Una vez que haya decidido operarse, tenga en cuenta el tiempo de recuperación: Bryan recomienda reservar de 8 a 10 semanas. Las personas que vuelven a trabajar antes de estar preparadas, que no descansan cuando es necesario o que no hacen los ejercicios necesarios después de la cirugía pueden experimentar rigidez y problemas con la amplitud de movimiento, dice.
Como con cualquier cirugía, es probable que tenga algo de dolor postoperatorio, así como riesgos generales de infección, coágulos de sangre o neumonía.
Pero a la mayoría de las personas no hay que venderles la cirugía, dice Bryan. «Vienen a nosotros con el sombrero en la mano y saben que es el momento», dice.
Hable con su médico sobre sus opciones para el dolor de rodilla por artrosis para determinar si la cirugía es adecuada para usted y cuándo.