El Percocet y la oxicodona pueden causar muchos de los mismos efectos secundarios, ya que la oxicodona es un ingrediente del Percocet.

Algunos de los efectos secundarios más comunes de la oxicodona incluyen:

  • somnolencia
  • niebla cerebral, o sentirse menos alerta
  • dolores de cabeza
  • mareos
  • sudoración
  • pérdida de apetito
  • picazón
  • estreñimiento
  • náuseas y vómitos

Algunas personas experimentan efectos secundarios más graves, como:

  • reacciones alérgicas
  • confusión
  • presión arterial baja
  • lentitud de los latidos del corazón
  • respiración superficial
  • desmayos
  • convulsiones

Un análisis de 2011 de 601 personas que tomaron oxicodona descubrió que el 84% declaró que le molestaban los efectos secundarios, y el 30.Los opioides como la oxicodona son altamente adictivos. El Instituto Nacional sobre el Abuso de Drogas estima que entre el 21 y el 29% de las personas a las que se les recetan opioides para el dolor crónico hacen un mal uso de estos medicamentos.

En 2018, 128 personas murieron por sobredosis de opioides cada día, lo que hace que los opioides sean la principal causa de sobredosis de drogas.

Las personas pueden reducir el riesgo de uso indebido, adicción y sobredosis al:

  • comunicando a sus médicos cualquier antecedente de adicción a las drogas
  • tomando opioides sólo cuando sea necesario
  • no utilizando más de la cantidad recomendada
  • usando opioides durante el menor tiempo posible

El riesgo de adicción es mayor cuando una persona toma opioides para controlar el dolor crónico, lo que requiere un uso más prolongado de la medicación. Esto aumenta las posibilidades de tolerancia, dependencia y adicción.

Daños en el hígado

Debido a que Percocet también contiene paracetamol, conlleva más riesgo de efectos secundarios que la oxicodona sola.
Los efectos secundarios adicionales más notables de Percocet son los problemas relacionados con el hígado, como la orina oscura.

En 2009, la FDA recomendó que se eliminaran los medicamentos que contienen paracetamol con receta, como el Percocet. La agencia advirtió que estos fármacos podían causar daños en el hígado e insuficiencia hepática, especialmente cuando una persona no los utiliza adecuadamente.

Más tarde, en 2011, la FDA aconsejó a los fabricantes de medicamentos que limitaran la cantidad de paracetamol en los fármacos con receta a 325 mg por comprimido o menos.
También declararon que se añadirían etiquetas de advertencia en el recuadro de los envases de estos medicamentos para destacar el riesgo de daño hepático.

Las personas no deben tomar nunca Percocet ni otros medicamentos que contengan paracetamol, incluidas las versiones de venta libre, como Tylenol.

El potencial adictivo del Percocet aumenta el riesgo de lesiones hepáticas, ya que algunas personas pueden tomar una dosis significativamente superior a la recomendada. Esto puede dañar gravemente el hígado.

Los medicamentos que no contienen paracetamol, incluidos los que sólo contienen oxicodona, suelen conllevar un riesgo significativamente menor de lesión hepática.

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