Pasada el 22 de marzo de 1765, la Ley del Timbre, que obligaba a gravar todos los artículos de papel, causó un gran revuelo en las colonias americanas. Muchos colonos creían que se trataba de un «impuesto sin representación», ya que el Parlamento promulgó la ley sin comunicarse con el gobierno colonial. El mismo día que el Parlamento británico derogó la Ley del Timbre, también aprobó el Acta Declaratoria reafirmando su control sobre las colonias americanas para frustración de las mismas.
Donde se aprobó una Ley en la última sesión del Parlamento titulada, Una Ley para conceder y aplicar ciertos derechos de timbre, y otros derechos en las colonias y plantaciones británicas en América para sufragar los gastos de defensa, protección y seguridad de las mismas; y para enmendar aquellas partes de las diversas Leyes del Parlamento relacionadas con el comercio y los ingresos de dichas colonias y plantaciones que dirigen la manera de determinar y recuperar las penalidades y confiscaciones allí mencionadas; y considerando que la continuación de dicha Ley estaría acompañada de muchos inconvenientes, y podría producir consecuencias muy perjudiciales para los intereses comerciales de estos reinos; Por lo tanto, puede complacer a su excelentísima Majestad que sea promulgado; y sea promulgado por la excelentísima Majestad del Rey, por y con el consejo y consentimiento de los Lores Espirituales y Temporales, y de los Comunes, en este presente Parlamento reunido, y por la autoridad del mismo, que a partir del primer día de mayo de mil setecientos sesenta y seis, la mencionada Ley, y los diversos asuntos y cosas contenidas en ella, serán, y son por la presente derogados y anulados a todos los efectos.