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Nov 13, 2021

Observo con interés que el Journal of the Medical Library Association (JMLA) utiliza un estilo particular de referenciación para los artículos que publica. Cada referencia en un artículo recibe un nuevo número cada vez que se menciona en el texto. Esto significa que si los autores se refieren a las mismas referencias un poco más adelante en sus artículos, esas referencias reciben números nuevos y diferentes. La abreviatura latina «ibid.» aparece en la lista de referencias si los autores se refieren al mismo artículo que acaban de citar u «op. cit.» si remiten al lector a una cita anterior. Este procedimiento puede no importar mucho al lector cuando las referencias son pocas. Sin embargo, puede ser muy importante cuando los autores se refieren a las mismas referencias varias veces.

Al menos dos dificultades surgen con las largas listas de referencias presentadas en este estilo. En primer lugar, la lista se alarga mucho más de lo necesario. Por ejemplo, en un artículo que presenté a la JMLA, el hecho de dotar a cada referencia de un nuevo número aumentó el número de referencias de 46 a 102.

Segundo, el procedimiento es complicado para los lectores. Por ejemplo, un lector interesado en una referencia concreta tiene que ir primero desde el número dado en el texto (digamos el 27) hasta ese número en la lista y, a continuación, si esta referencia ha sido citada anteriormente, buscar de nuevo en la lista no alfabética el nombre del autor o autores de este artículo concreto (por ejemplo, quizás ahora el número 3). Además, cuando hay varias citas a diferentes artículos escritos por los mismos autores, cada referencia «op. cit.» subsiguiente tiene que aclararse aún más proporcionando el título del artículo concreto al que se hace referencia, una admisión tácita de que el sistema es inadecuado.

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