Su sistema inmunológico es una red de seguridad que trabaja las 24 horas del día para mantener su cuerpo sano. Le protege de las bacterias, los virus, los hongos e incluso de sus propias células si se dañan o mutan peligrosamente. Este increíble sistema de defensa incluye «especialistas en seguridad» como macrófagos, células t, neutrófilos, otros glóbulos blancos especializados y sus anticuerpos, su sistema linfático y células B de memoria.
Sin embargo, como cualquier otro sistema de su cuerpo, su sistema inmunológico puede dañarse o debilitarse. Cuando sus «guardias de seguridad» no tienen suficiente personal o son débiles, puede ser fácil para los patógenos causantes de enfermedades entrar. Entonces, ¿cómo puede saber si su sistema inmunológico está en buenas condiciones?
Signos de un problema
Probablemente el signo más obvio de un sistema inmunológico que no está funcionando correctamente es enfermarse mucho. Si se enferma a menudo, gravemente o durante largos periodos de tiempo, es el momento de pedir una cita con el médico. Las enfermedades graves y las recuperaciones lentas pueden dañar su cuerpo con el tiempo.
Las alergias y la inflamación excesivas también son síntomas potenciales de problemas del sistema inmunitario. Aunque muchas personas estornudan ante el polen y la caspa de las mascotas, las reacciones alérgicas más crónicas e intensas pueden hacer que se sienta enfermo y cansado todo el tiempo. Las alergias y las enfermedades autoinmunes se producen cuando el sistema inmunitario ataca a sustancias inofensivas (como el polen de las plantas o los alimentos), o incluso a sus propias células sanas.
Comprobación del sistema inmunitario
Dado que la mayor parte de sus «guardias de seguridad» inmunitarios viven en la sangre y la médula ósea, un análisis de sangre es la principal forma de comprobar si su sistema inmunitario es deficiente. Un recuento sanguíneo completo (CBC) de laboratorio evalúa su número de glóbulos blancos y anticuerpos para determinar si sus niveles son motivo de preocupación. Los recuentos sanguíneos anormalmente altos o bajos ayudan a los médicos a determinar el origen de los problemas inmunitarios.
¿Qué puede fallar?
Conocer los factores de riesgo de la inmunodeficiencia facilita el diagnóstico de un problema. Una variedad de factores contribuyen a un sistema de defensa debilitado. Echemos un vistazo a algunos de los más comunes.
El simple hecho de no dormir lo suficiente puede dañar su sistema inmunológico, junto con el exceso de estrés. Como cualquier otro sistema corporal, su sistema inmunológico también necesita nutrientes. Una mala nutrición debida a desórdenes alimenticios, a una mala absorción de nutrientes o a una dieta poco saludable puede hacerle más susceptible de enfermar.
También otras condiciones médicas subyacentes pueden comprometer el «sistema de seguridad» de su cuerpo. Enfermedades como el VIH/SIDA o la leucemia pueden destruir las defensas de su cuerpo contra gérmenes normalmente fáciles de derrotar. Los procedimientos médicos, como el trasplante de órganos, pueden incluso requerir la supresión activa de su sistema inmunitario para evitar el rechazo del órgano.
¿Qué puede hacer usted para ayudar?
Lo más fácil que puede hacer para reforzar su sistema inmunitario es cuidar bien de su cuerpo. Si su salud general es buena, será menos vulnerable a las infecciones. Haga ejercicio, coma bien, cuide las bacterias «buenas» de su cuerpo y duerma lo suficiente y sin interrupciones cada noche.
Vacunarse contra enfermedades prevenibles como la poliomielitis y la tos ferina también le ayuda a usted y a las personas que le rodean a mantenerse sanos. En el día a día, lávese las manos con frecuencia y evite tocarse los ojos, la nariz y la boca.
Si le preocupa su sistema inmunitario, hable con un médico sobre lo que puede hacer para mantenerse sano o infórmese sobre los análisis de sangre CBC. Su sistema inmunitario cuida de usted, así que asegúrese de cuidarlo.