Las causas comunes de los cambios en las uñas de las manos o de los pies incluyen traumatismos, envejecimiento, infecciones y enfermedades de la piel. La dieta generalmente no es responsable de los cambios anormales en las uñas, a menos que la persona sufra de desnutrición severa. Los traumatismos pueden provocar crestas horizontales en las uñas (líneas de Beau), sangrado (hemorragia) bajo la lámina ungueal y rayas o manchas blancas (leuconiquia). La división o estratificación de la lámina ungueal (onicosquisis) se produce por tener las manos constantemente mojadas, por el uso y la retirada frecuente de esmaltes o uñas artificiales y por traumatismos leves continuos (por ejemplo, por el golpeteo habitual de los dedos). La uña encarnada es el resultado de cortar la uña demasiado corta y de llevar un calzado inadecuado. Las crestas verticales y las uñas quebradizas suelen ser un resultado normal del envejecimiento.
Los hongos de las uñas de los pies y de las manos pueden causar inflamación alrededor de la uña (paroniquia), así como el levantamiento de la placa de la uña del lecho ungueal (onicolisis). La infección por herpes también puede causar una hinchazón dolorosa y ampollas cerca de la uña. Las verrugas víricas, causadas por el virus del papiloma humano (VPH), pueden provocar un cambio en la forma de la uña o un crecimiento de la piel engrosada bajo la uña (denominadas verrugas periungueales). Las personas mayores suelen verse afectadas por la infección de hongos en las uñas de los pies (onicomicosis) asociada al pie de atleta. Las pequeñas depresiones redondas en la uña (fosas ungueales) se observan en la psoriasis o en una enfermedad que provoca la caída del cabello, llamada alopecia areata. La psoriasis también puede causar el levantamiento, la decoloración y el engrosamiento de la uña.
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