La Integración Estructural (IS) es un enfoque de la educación somática basado en el proceso, que suele incluir la terapia manual, y que explora la posibilidad de cambiar la forma en que usas y experimentas tu cuerpo. A través de la educación, la conciencia y el toque terapéutico, se pueden liberar patrones de tensión dolorosos y estresantes. Los hábitos de esfuerzo se sustituyen por sensaciones de comodidad, facilidad de movimiento y postura, y una sensación de coherencia de todo el cuerpo.
SI aborda sistemáticamente su cuerpo como un todo, normalmente a lo largo de una serie de sesiones. El tacto hábil alivia el dolor y el malestar, y permite tomar conciencia de cómo se sostiene y utiliza el cuerpo. A medida que el profesional te ayuda a investigar cómo te relacionas con tu cuerpo y tu entorno, puedes llegar a reconocer patrones de tensión que ya no te sirven y descubrir nuevas opciones de movimiento, postura, autocuidado y experiencia física en general. En lugar de tratar los síntomas, los profesionales de la IS trabajan para ayudar a su cuerpo a integrarse internamente entre los sistemas, y externamente hacia los desafíos de su vida.
La Integración Estructural se basa en el trabajo de la Dra. Ida P. Rolf, Ph.D. Los profesionales de la IS se forman en las escuelas de IS de acuerdo con los estándares establecidos por la Asociación Internacional de Integradores Estructurales (IASI). Los profesionales que muestran la credencial de Integrador Estructural Certificado (BCSI) se han graduado en un programa de formación aprobado por la IASI y han superado un examen de competencia básica.
Consulte el Folleto de Integración Estructural de IASI, un documento hermoso e informativo que puede repartir a los clientes. Para hacer un pedido de folletos, inicie sesión en el Centro de Miembros. Nota: Los pedidos de folletos sólo están disponibles para los miembros de IASI.
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Nuestros cuerpos crecen, se mueven y cambian dentro del campo constante de la gravedad; cuando nos oponemos a la gravedad de manera ineficiente, se desperdician recursos valiosos. Las lesiones físicas, los traumatismos y el estrés de la vida diaria nos obligan a adaptar nuestra forma de movernos y mantenernos erguidos. Estos patrones de adaptación pueden quedar profundamente arraigados -incluso mucho después de haber cumplido sus funciones de protección y adaptación- hasta el punto de que movimientos básicos como sentarse, respirar y caminar suponen más esfuerzo del necesario. Este esfuerzo prolongado puede contribuir a la sensación de rigidez, dolor, fatiga y falta de vitalidad.
La Integración Estructural puede ayudarnos a aprender a «soltar» el estrés y la tensión crónicos, a dejar de luchar contra la gravedad y permitirle que nos apoye. El movimiento se convierte en un placer, la respiración se hace más fácil y la «buena postura» se hace sin esfuerzo. Experimentamos una sensación de facilidad, eficacia y gracia. Muchos clientes de IS llegan a encontrar alivio para el dolor y el malestar en el camino. Aunque esto describe algunos beneficios generales, el proceso de IS es individual y personal, con una amplia gama de efectos y beneficios.
¿Quién se beneficia de la IS?
Todo tipo de personas se benefician de la Integración Estructural. Algunos vienen a aliviar el dolor crónico y el estrés; otros esperan mejorar su rendimiento deportivo; otros simplemente están interesados en explorar su potencial de conciencia y vitalidad. Tanto los niños como las personas mayores pueden beneficiarse de la integración estructural.
La integración estructural está contraindicada para las personas con infecciones, fiebre, inflamación aguda y traumatismos recientes. También están contraindicadas algunas formas de artritis reumatoide, osteoporosis grave u osteomielitis. Si no está seguro de que la IS sea segura para usted, consulte a su médico e informe a su profesional de la IS sobre su estado antes de trabajar juntos.
Una sesión típica de integración estructural
Durante el proceso de integración estructural, los cambios en su postura, movimiento y experiencia física se logran a través de la educación, la conciencia y el toque terapéutico. La atención se centra en la relación -cómo te relacionas con tu experiencia física de ti mismo y de tu entorno- más que en una parte o región del cuerpo en particular.
Cuando se trabaja con un integrador estructural por primera vez, se lleva a cabo un proceso de admisión, que incluye tu historial personal y de salud, seguido de una evaluación inicial de cómo sostienes y mueves tu cuerpo. Los clientes permanecen vestidos en la medida en que lo deseen, aunque es habitual que lleven algún tipo de ropa activa. Por lo general, se observan la postura de pie, la respiración, la forma de andar y quizás otros movimientos. El profesional utilizará esa información para ayudar a diseñar una estrategia de sesión con usted, y luego le pedirá que pase a la mesa de terapia.
Aunque los profesionales de la IS suelen estar formados en técnicas de «liberación miofascial», se puede aplicar una serie de técnicas al servicio de los objetivos del proceso de la IS. La cantidad de presión utilizada puede variar mucho. Un profesional puede utilizar un tacto más ligero o más pesado, de movimiento lento o quieto, dependiendo de la intención terapéutica y de sus preferencias. Es posible que se le pida que se mueva mientras se aplica la presión, o que se ponga de pie, se mueva y se dé cuenta de su experiencia durante la sesión.
Mientras trabaja con su practicante, puede experimentar una variedad de sensaciones que van desde cálidas y agradables hasta una leve incomodidad. Tus comentarios permitirán a tu practicante ajustar su presión en consecuencia: el ritmo de la sesión está siempre bajo tu control.
Los integradores estructurales hacen hincapié en la educación del movimiento en sus prácticas, en distintos grados. Tu practicante puede ayudarte a ser consciente de tus formas habituales de sostener y mover tu cuerpo y ayudarte a explorar formas más fáciles y naturales de ser. La educación del movimiento puede abordar tus hábitos de postura de pie, de respiración, de caminar, de sentarse o de cualquier movimiento especializado que puedas realizar en tu vida diaria.
Por lo general, la Integración Estructural se lleva a cabo en una serie inicial de diez a trece sesiones que abordan sistemáticamente su cuerpo como un todo, y cada sesión se basa en la anterior. Los profesionales de la integración estructural suelen adaptar su enfoque a las necesidades y preferencias individuales. Después de la serie inicial, es posible que continúe trabajando con su integrador estructural para seguir apoyando sus objetivos.