Ha pasado más de 40 años desde que Jaclyn Smith, Farrah Fawcett y Kate Jackson se reunieron por primera vez como los ángeles originales de Charlie, pero viendo a una Jaclyn en forma y fabulosa hoy en día, nunca se diría que han pasado cuatro décadas.

Mientras se estrena el último reinicio de la querida franquicia de los Ángeles de Charlie -esta vez protagonizado por Kristen Stewart (29 años) de Crepúsculo y Elizabeth Banks (45) de Pitch Perfect- Jaclyn, que ahora tiene 74 años, dice que su encarnación de los ángeles marcó la pauta de las mujeres sexys e inteligentes de la calle.

«A las feministas no les gustábamos porque decían que éramos muñecas Barbie haciendo cabriolas», reflexiona. «Llevábamos cosas bonitas, pero no hacíamos alarde de nuestra sexualidad. No era salaz».

Hoy en día puedes encontrar a Jaclyn, que interpretaba a Kelly Garrett, refugiada en su fabulosa finca de Los Ángeles.

Aparte de algún que otro cameo, ya no actúa mucho, sino que se centra en sus colaboraciones de moda de bajo coste, con su línea homónima en Kmart que sigue funcionando más de 33 años después de su primera colección.

De hecho, Jaclyn fue una de las primeras actrices en prestar su marca y su perfil a una empresa de venta al por menor.

Pero fue su turno como uno de los ángeles de Charlie por el que será siempre recordada.

Jaclyn dice que ella, Farrah y Kate compartían una estrecha amistad, un vínculo que se mantuvo incluso después de que las otras dos se fueran y fueran sustituidas por Cheryl Ladd, Shelley Hack y Tanya Rogers.

«Cruzamos ese puente y en un abrir y cerrar de ojos nuestras vidas cambiaron. Estar en un programa de éxito, eso es raro. Supongo que por eso seguimos hablando de ello 40 años después», dice.

«Farrah era una exuberante pin-up pero muy inocente, Kate era cerebral y franca. Recuerdo que me describían como un suave cojín entre la analítica Kate y la llamativa Farrah».

Los ángeles originales también se apoyaron mutuamente cuando los tres desarrollaron cáncer, una extraña peculiaridad que no se les escapó.

«Estábamos todos como, ‘¿Qué demonios ha pasado? ¿Estuvimos bebiendo cierta agua?», se pregunta.

Actualmente, Jaclyn es la imagen de la salud: no fuma ni bebe y come «muchas bayas y verduras» – y lleva una vida cómoda, aunque no ‘ostentosa’, con su cuarto marido Brad Allen, que es cirujano cardíaco.

«Estás viendo a una chica de vida limpia», dice, y añade que nunca se ha sometido a ninguna cirugía plástica -aunque es fan de los láseres y los peelings-.

«Hay pequeñas cosas que me gustaría hacer pero Brad no quiere que lo haga; sabe que la cirugía puede salir mal».

Y mientras su rostro está destinado a permanecer sin plásticos, Jaclyn planea pasar el resto de sus días trabajando y disfrutando de la vida.

«Recuerdo que una vez dije: ‘Realmente quiero desafiarme a mí misma’. Y, créanme, he conseguido ese deseo. Me siento muy orgullosa a mi edad de seguir haciéndolo todo.

«Pero si todo acabara mañana, sería una mujer feliz»

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