Cuando la Unión Soviética se derrumbó, desapareció gran parte de la financiación de los programas de entrenamiento deportivo. Sin embargo, la libertad para desplazarse, entrenar y competir a nivel internacional, así como para obtener financiación de patrocinadores corporativos y otras fuentes privadas, ha hecho que los atletas rusos sigan siendo muy competitivos.
El hockey sobre hielo es uno de los deportes más populares en Rusia; el equipo nacional masculino dominó este deporte a nivel internacional durante décadas bajo la Unión Soviética. No ha cambiado mucho. Los equipos y jugadores de hockey rusos son tradicionalmente algunos de los mejores del mundo.
La gimnasia, tanto masculina como femenina, ha sido un elemento básico del atletismo ruso durante mucho tiempo. Este deporte sigue siendo tan fuerte que los rusos nunca han dejado de ganar una medalla en una competición mundial u olímpica, a partir de 2015. El patinaje artístico es otro deporte heredado, con parejas rusas o soviéticas que han ganado una medalla de oro en cada Olimpiada desde 1964.
El fútbol está desarrollando una popularidad constante, por lo que Rusia es la sede del Mundial de 2016. El ajedrez es casi un sinónimo de Rusia, en parte por el intenso valor estratégico y competitivo que los rusos le otorgan.