Qué son los pechos fibroquísticos

Los cambios fibroquísticos de los pechos (formalmente conocidos como enfermedad fibroquística de los pechos) son la afección mamaria benigna más común e incluyen un cuadro histológico de fibrosis, formación de quistes e hiperplasia epitelial. Las mujeres con cambios mamarios fibroquísticos presentan «bultos» o nodularidad excesiva en las mamas, que con frecuencia se asocian a dolor y sensibilidad. Estos signos y síntomas suelen fluctuar, aunque no siempre, con el ciclo menstrual de la mujer y tienden a ser más pronunciados antes de la menstruación. Las mamas fibroquísticas son más comunes en las mujeres de entre 20 y 50 años y suelen desaparecer después de la menopausia.

¿Qué pasa con el riesgo de padecer cáncer de mama?

Contrariamente a la creencia popular, tener mamas fibroquísticas no aumenta el riesgo de padecer cáncer de mama. Sin embargo, no todos los tipos de cambios fibroquísticos son iguales. Las mujeres con cambios mamarios asociados a la hiperplasia atípica (atipia) sí tienen un riesgo ligeramente mayor de padecer cáncer de mama en comparación con la población general. La atipia se define como la aparición y el crecimiento excesivo de las células que recubren los lóbulos y los conductos mamarios y suele diagnosticarse tras una biopsia de mama para evaluar una anomalía encontrada en la mamografía o durante un examen clínico de la mama.

Es importante tener en cuenta que aunque tener mamas fibroquísticas con atipia puede conducir a cambios cancerosos, sólo el 5% de las mujeres con mamas fibroquísticas tienen hiperplasia. Además, aunque en comparación con la población general, estas mujeres tienen un riesgo de cáncer de mama de 2 a 6 veces mayor a lo largo de su vida, el riesgo exacto depende del grado de hiperplasia y de la presencia de células atípicas. Además, se trata de un riesgo total acumulado a lo largo de la vida, lo que significa que una mujer con atipia tiene realmente un riesgo anual muy bajo de padecer cáncer de mama. Además, hay muchos otros factores que hay que tener en cuenta a la hora de generar el riesgo de cáncer de mama.

¿Qué significa esto?

Significa que si tiene mamas fibroquísticas, se sugiere encarecidamente que les preste atención, y que haga lo que pueda para tratar lo que las está causando. Aunque tener cambios fibroquísticos en las mamas es muy común y muy raramente aumenta el riesgo de cáncer de mama, puede interferir con su capacidad para detectar nuevos bultos en las mamas u otros cambios anormales que podrían necesitar ser evaluados por su médico. Por lo tanto, es importante que se familiarice con la sensación normal de sus pechos para saber cuándo algo no está bien. Además, algunos de los factores que se cree que están relacionados con los cambios fibroquísticos en los senos también pueden causar otros problemas de salud en el futuro, por lo que se recomienda determinar el origen de la condición y hacer que se trate.

Visión médica alternativa y sugerencias de tratamiento:

Aunque la causa de los cambios fibroquísticos en los senos no se entiende completamente, se cree que se debe a desequilibrios hormonales, como una proporción excesiva de estrógeno y progesterona o una mayor producción de prolactina. Los médicos naturistas también han considerado una larga lista de otras posibles causas, basadas tanto en la ciencia, como en lo que se ha utilizado con éxito para tratar esta condición. Aunque la terapia convencional suele incluir el uso de anticonceptivos orales, diuréticos, analgésicos y terapia hormonal sintética como el danazol, los tratamientos naturopáticos incluyen una larga lista de otros enfoques con muy pocos efectos secundarios.

Causas:

Aumento de la proporción entre estrógenos y progesterona
Alto estradiol y baja testosterona
Desequilibrio en la proporción entre estrona y estriol (demasiada estrona, demasiado poco estriol)
Acumulación de sustancias químicas estrogénicas en el tejido mamario (parabenos, PCBs, dioxinas, ftalatos, bisfenol-A, PBDEs)
Tiroides poco activa, que puede llevar a un aumento de los niveles de prolactina
Exceso de carne carnes, productos lácteos y grasas alimentarias poco saludables
Deficiencias nutricionales de vitamina E, yodo, vitamina B-6, ácidos grasos esenciales y coenzima Q10
Toxicidad hepática y estancamiento de la sangre y la energía del hígado
Toxicidad intestinal y estreñimiento
Toxicidad por metales pesados (específicamente plomo, mercurio y cadmio)
Poca circulación linfática, posiblemente por sujetadores con aros y falta de ejercicio
Consumo de metilxantina

Tratamiento naturopático:

Estreñimiento: Las mujeres que defecan menos de tres veces a la semana tienen un riesgo entre 4 y 5 veces mayor de tener mamas fibroquísticas que aquellas mujeres que defecan al menos una vez al día. Esto se debe a dos razones. En primer lugar, una dieta rica en grasas y carne hace que se formen ciertas bacterias en nuestros intestinos que pueden descomponer un complejo de estrógeno que normalmente se excretaría en las heces. Una vez descompuesto, en lugar de excretarse, se reabsorbe a través de la pared del intestino grueso y vuelve a activarse en el organismo. En segundo lugar, las bacterias presentes en las heces pueden crear tres tipos de estrógenos (estrona, estradiol y 17-metoxiestradiol) a partir del colesterol de la dieta, que es el precursor de las hormonas de estrógeno. Estos estrógenos pueden ser reabsorbidos por el organismo. Los alimentos grasos (la carne en particular) promueven el crecimiento de este tipo de bacterias en el intestino grueso, lo que también disminuye el tiempo de tránsito intestinal. Esto puede evitarse comiendo una dieta basada en plantas y rica en fibra.

La cafeína y otras metilxantinas: Las metilxantinas (cafeína, teobromina y teofilina) pueden encontrarse en alimentos y bebidas como el té, el café, las colas, el chocolate y algunos medicamentos. Estos compuestos inhiben la enzima fosfodiesterasa. Esto es importante porque la inhibición de esta enzima provoca la acumulación intracelular de AMP cíclico y GMP cíclico, lo que puede provocar cambios fibroquísticos en el tejido mamario. Aunque evitar la cafeína y las metilxantinas parece ayudar a algunas mujeres y a otras no, valdría la pena probar una eliminación completa durante un período de 3 a 8 meses antes de determinar que es ineficaz.

Dieta baja en grasas: el metabolismo hormonal puede verse afectado por la ingesta de grasas que, a su vez, podría influir en la gravedad de los cambios fibroquísticos. Algunos expertos sugieren que la mejor manera de remediar esto es mediante el uso adecuado de una dieta vegetariana o vegana saludable. Para quienes no estén interesados en llegar a este extremo, se ha sugerido reducir la ingesta de grasas alimentarias a no más del 20 por ciento de las calorías totales, haciendo mayor hincapié en la eliminación de las grasas no saludables.

Aceite de onagra/semilla de lino/pescado: Promueve las prostaglandinas beneficiosas y, por lo tanto, puede reducir el dolor en los senos.
Vitamina B6 con un complejo B: Mejora el metabolismo del estrógeno. Además, la vitamina B6 promueve la producción de dopamina en el hipotálamo, que posteriormente inhibe la liberación de prolactina. Las investigaciones han demostrado que el aumento de los niveles de prolactina provoca la hinchazón de los senos. Además, tener cantidades suficientes de B6 ayuda a aumentar los niveles de progesterona.

N-Acetil Cisteína (NAC): Ayuda al hígado a lidiar con el estrógeno y las toxinas.

Beta-Caroteno: La ciencia apoya el uso del beta-caroteno al demostrar la presencia de receptores de retinoides en el tejido mamario. Estos receptores son capaces de modular nuestra predisposición genética, por lo que tienen el potencial de disminuir el riesgo de cambios mamarios tanto malignos como benignos.

Yodo: Aunque el mecanismo exacto de acción aún no se conoce del todo, los estudios han determinado que la mama tiene afinidad tanto por la hormona tiroidea como por el yodo. Sin cantidades adecuadas de yodo, el tejido mamario se vuelve más sensible a la estimulación estrogénica, lo que conduce a la producción de cambios fibroquísticos. Los expertos han declarado que el yodo «de Lugol» es el más eficaz, pero debido a los posibles efectos secundarios de este tratamiento, sólo debe utilizarse cuando hayan fracasado las modificaciones dietéticas y otros suplementos.

Coenzima Q10: Aumenta el oxígeno celular.

Medicina botánica: La hoja de diente de león (Taraxacum officinale) se ha documentado como el diurético a base de hierbas más eficaz disponible para disminuir la hinchazón de los senos y las molestias asociadas. Además, el uso tópico de Phytolacca Americana ha sido bien establecido en la reducción de bultos dolorosos. Las hierbas utilizadas tradicionalmente para apoyar el hígado también son importantes e incluyen la raíz de diente de león (no la hoja) y la bardana (Arctium lappa). El Vitex agnus castus (árbol casto) también puede desempeñar un papel crucial con su capacidad para cambiar la proporción de estrógeno y progesterona a favor de la progesterona.

Indole-3-Carbinol o DIM: Ayuda al metabolismo del estrógeno.

Otras consideraciones: Vitamina E, Ejercicio diario, Remedios homeopáticos, Compresas de aceite de ricino (sobre el hígado y los senos), Limpiezas de hígado e intestino, Reducción del estrés (a través de yoga, meditación, etc.).

Como siempre, por favor, acuda a un profesional de la salud cualificado que pueda diagnosticar con exactitud su condición y utilizar los cuidados médicos alternativos de forma adecuada.

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