El sueño es vital para mantener las funciones corporales normales. La cantidad de sueño que necesita una persona suele depender de su edad y su estado de salud. Por lo tanto, la duración del sueño que necesita un niño difiere de las necesidades de sueño de un adulto.

Los trastornos que afectan al patrón de sueño pueden afectar fácilmente a las capacidades cognitivas, las emociones, el comportamiento social y el bienestar físico de las personas. Por esta razón, es importante identificar la existencia de un trastorno del sueño y tratar el síndrome en consecuencia.

Ignorar los síntomas y el manejo inadecuado del trastorno puede dar lugar a más complicaciones y a una disminución sustancial de los procesos corporales normales.

¿Qué es el síndrome del sueño prolongado?

El síndrome del sueño prolongado se incluye básicamente en la categoría de trastornos del sueño propuestos. La razón de esta clasificación es la falta de información que suele respaldar un diagnóstico estándar para un trastorno del sueño típico.

Actualmente, sigue siendo indefinido si el síndrome del sueño prolongado es un trastorno del sueño propiamente dicho o no. Algunos estudios, por el contrario, consideran el síndrome como un mero extremo en el rango normal de las funciones del sueño.

En el Síndrome del Sueño Largo, el cuerpo requiere un período más largo de sueño antes de poder restaurar realmente la energía perdida y sentirse renovado. La estructura y la calidad del sueño suelen ser normales.

La desviación distintiva radica en el número de horas de sueño. En consecuencia, las personas que sufren este tipo de síndrome necesitan dormir más en comparación con los patrones de sueño convencionales de los individuos normales.

Los estudios han demostrado la incidencia del síndrome del sueño prolongado en aproximadamente el 2% de la población. Los hombres son más propensos a padecerlo que las mujeres.

En la mayoría de los casos, el Síndrome del Sueño Prolongado comienza a una edad temprana y persiste durante toda la vida de la persona.

Sin embargo, la detección temprana puede no ser fácil en la infancia, ya que los niños suelen dormir más que los adultos. Además, los niños también tienen más libertad para dormir durante largos periodos de tiempo. Debido a estos factores, el inicio exacto de los síntomas a menudo no se identifica.

Síntomas del síndrome del sueño prolongado

Las personas que padecen el síndrome del sueño prolongado necesitan dormir más tiempo del que normalmente se requiere para reponer la energía perdida por el cuerpo. Normalmente, las personas que lo padecen necesitan entre diez y doce horas de sueño cada noche. Una duración del sueño inferior a esa cifra provoca una sensación de somnolencia y agotamiento a lo largo del día.

Los síntomas característicos pueden incluir:

  • Sensación de fatiga durante el día cuando la duración del sueño es inferior a 10 horas

  • Patrones de sueño habitualmente prolongados que se inician en la infancia

  • Períodos de sueño típicamente más largos

Aparte de las manifestaciones características, la persona con Síndrome del Sueño Prolongado no experimenta otros síntomas. Además, esta afección casi nunca va acompañada de otros trastornos del sueño.

Sin embargo, las personas que padecen esta afección pueden informar posteriormente del desarrollo de diversos síntomas relacionados con el insomnio. Se considera que estas complicaciones adicionales son el resultado de soportar períodos de sueño cortos.

Causas del síndrome del sueño prolongado

Los estudios aún no han descubierto la causa exacta del síndrome del sueño prolongado. Además, el síndrome no se ha atribuido específicamente a ninguna aberración fisiológica o peculiaridad genética. Sea como fuere, hay una serie de factores que pueden considerarse como causas comunes de la afección. Estos pueden incluir:

  • Rasgos de comportamiento (preocupados, introvertidos)
  • Depresión
  • Abuso de sustancias o alcohol

Tratamiento y manejo del síndrome del sueño prolongado

Las personas que experimentan síntomas del síndrome del sueño prolongado no necesitan realmente un tratamiento médico especializado. La intervención médica sólo es necesaria cuando la afección es consecuencia de una enfermedad más grave que requiere una atención adecuada.

El mayor reto al que se enfrentan los durmientes prolongados suele ser mantener el equilibrio entre sus horarios diarios y sus patrones de sueño. La mayoría de las veces, se aconseja a los enfermos que se sometan a la duración del sueño que requiere su cuerpo. Sin embargo, las exigencias en el trabajo o en la escuela pueden impedir que los durmientes prolongados se entreguen al sueño.

Estos factores pueden dar lugar a patrones de sueño irregulares. En algún momento, la falta o el exceso de sueño puede empezar a afectar a la vida de una persona, tanto social como profesionalmente. En casos como éste, la persona puede considerar la posibilidad de obtener ayuda profesional, ya que puede ser necesario realizar ciertas modificaciones para conseguir un patrón de sueño y comportamiento más normal.

En realidad, existen varias formas de hacer frente al síndrome de sueño prolongado. Estas técnicas incluyen:

  • Irse a la cama temprano para acomodar periodos más largos de sueño, y aún así despertarse a tiempo para la escuela o el trabajo.
  • Reducir la ingesta o evitar por completo las bebidas alcohólicas, las bebidas ricas en cafeína y varios medicamentos que pueden afectar al patrón de sueño.
  • Tomar siestas de 30 minutos a 1 hora durante el día.

En los casos en que ciertos problemas emocionales o fisiológicos hayan provocado la desviación de los patrones normales de sueño, puede ser necesario un chequeo médico completo para reconocer las causas y recibir el tratamiento adecuado sin demora.

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