Los comercios británicos reparten 11.200 millones de recibos cada año con un coste de 32 millones de libras, según un nuevo estudio, pero el impacto medioambiental es sin duda aún mayor porque al menos la mitad de las 7.300 toneladas que se imprimen no se pueden reciclar.
Alrededor del 50% de los recibos que recibimos en supermercados, tiendas de ropa, restaurantes y cafeterías están impresos en papel térmico brillante, según Wired.
No sólo no son reciclables porque están hechos de más de un material y, por tanto, son imposibles de separar, sino que además contienen una combinación de sustancias químicas potencialmente dañinas BPA y BPS.
En lugar de utilizar tinta, estas sustancias químicas reaccionan al calor para revelar los números y las letras del papel. El BPA y el BPS han sido prohibidos en otros productos de plástico, incluidas las botellas de agua, porque son perjudiciales para la salud en grandes cantidades. Y, para reciclar estos recibos, habría que liberar más BPA en el aire.
¿Qué debemos hacer con nuestros recibos?
Entonces, ¿qué debe hacer con los recibos térmicos que ocupan espacio en su cartera? El consejo actual es tirarlos a la basura, en lugar de depositarlos en el reciclaje. Pero, la buena noticia es que cada vez son más los comercios que optan por los recibos digitales por correo electrónico, lo que supone un desperdicio mucho menor.