Una causa común de dolor de cuello, especialmente en pacientes mayores, es la estenosis cervical. La estenosis cervical es un estrechamiento del canal espinal en la zona del cuello o la parte superior de la columna vertebral. Este estrechamiento ejerce presión sobre la médula espinal. Aunque algunos pacientes nacen con este estrechamiento, la mayoría de los casos de estenosis cervical se dan en pacientes mayores de 50 años y son el resultado del envejecimiento y del «desgaste» de la columna vertebral.

Muchos pacientes con estenosis cervical tienen antecedentes de algún tipo de lesión o traumatismo en el cuello, sin embargo, este traumatismo puede haberse producido muchos meses o incluso años antes de la aparición de los síntomas de la estenosis.

Síntomas

Los síntomas de la estenosis espinal cervical pueden incluir los siguientes:

  • Dolor de cuello; no siempre grave.
  • Dolor, debilidad o entumecimiento en los hombros, brazos y piernas.
  • Torpeza de manos.
  • Alteraciones de la marcha y el equilibrio.
  • Sensación de quemazón, hormigueo y pinchazos en la extremidad afectada, como el brazo o la pierna.
  • En casos graves, problemas de vejiga e intestinos.
  • Aunque es poco frecuente, los casos graves también pueden causar una pérdida significativa de la función o incluso paraplejia.

Diagnóstico

El buen tratamiento de la estenosis espinal cervical se basa siempre en un diagnóstico preciso. El proceso de diagnóstico exhaustivo incluye:

Historia médica

El médico le hablará de sus síntomas, de la gravedad de los mismos y de los tratamientos que ya ha probado.

Examen físico

Se le examinará cuidadosamente para detectar limitaciones de movimiento, problemas de equilibrio y dolor. Durante este examen, el médico también buscará la pérdida de reflejos en las extremidades, la debilidad muscular, la pérdida de sensibilidad u otros signos de daños en la médula espinal.

Pruebas de diagnóstico

En general, los médicos comienzan con radiografías simples, que les permiten descartar otros problemas como tumores e infecciones. Las tomografías computarizadas y las resonancias magnéticas ofrecen vistas tridimensionales de la columna cervical y pueden ayudar a detectar osteofitos (crecimientos óseos) y hernias discales. En ocasiones, los médicos utilizan una mielografía. Se trata de una prueba que consiste en inyectar un medio de contraste líquido en la columna vertebral para mostrar dónde se produce la presión de la médula espinal.

Tratamiento no quirúrgico

La mayoría de los casos de estenosis espinal cervical se tratan con éxito con técnicas no quirúrgicas, como medicamentos para el dolor y antiinflamatorios. Dependiendo de la extensión de la afectación del nervio, algunos pacientes pueden necesitar restringir temporalmente sus actividades y llevar un collarín cervical o un collarín durante un tiempo. Sin embargo, la mayoría de los pacientes sólo necesitan descansar durante un tiempo breve. También se prescribirán ejercicios de fisioterapia para ayudar a fortalecer y estabilizar el cuello, así como para desarrollar la resistencia y aumentar la flexibilidad.

Tratamiento quirúrgico

Si las medidas no quirúrgicas no funcionan, el médico puede recomendar la cirugía para tratar la estenosis espinal cervical. Hay una serie de técnicas quirúrgicas que pueden utilizarse para tratar esta afección. El objetivo de cada uno de estos tratamientos quirúrgicos de descompresión es ampliar el canal espinal y aliviar la presión sobre la médula espinal eliminando o recortando lo que está causando la compresión. Sin embargo, dado que todos los procedimientos quirúrgicos conllevan un cierto riesgo, su médico analizará con usted todas las opciones antes de decidir qué procedimiento es el mejor para usted.

La cirugía más común para la estenosis cervical se denomina laminectomía descompresiva, en la que se extirpan las láminas (techo) de las vértebras, creando más espacio en el canal espinal para los nervios. Si sólo hay que extirpar una parte de las láminas, se denomina laminotomía.

El cirujano también puede considerar la posibilidad de realizar una laminoplastia posterior. Esta técnica ayuda a mantener la estabilidad de la columna vertebral al tiempo que amplía el canal espinal.

Si hay discos herniados o abultados, también se pueden extirpar (lo que se denomina discectomía) para aumentar el espacio del canal. A veces también es necesario ampliar el foramen (la zona en la que las raíces nerviosas salen del canal espinal). Este procedimiento se denomina foraminotomía.

Para aquellos pacientes que necesiten una reparación quirúrgica en más de un nivel o que tengan una inestabilidad espinal importante, se puede realizar una fusión espinal además de la cirugía de descompresión. Esto implica tomar un pequeño trozo de hueso (normalmente de la cadera) e injertarlo en la columna vertebral. Se utiliza un hardware espinal (llamado instrumentación), como placas y tornillos, para apoyar la columna vertebral y proporcionar estabilidad adicional. En la mayoría de los casos, podemos determinar con antelación si la cirugía de fusión es necesaria. Si lo es, lo discutiremos con usted para que sea consciente de lo que se está haciendo.

Recuperación

¡La mayoría de los pacientes pueden empezar a levantarse de la cama el mismo día en que se realiza la cirugía! La actividad se incrementa gradualmente y los pacientes suelen poder volver a casa a los pocos días de la intervención, dependiendo del alcance de la misma. Como en la mayoría de las cirugías, habrá algo de dolor después del procedimiento. Sin embargo, los médicos disponen de analgésicos que le ayudarán a sentirse cómodo. Hoy en día, los médicos se toman muy en serio el tratamiento del dolor.

En casa, tendrá que seguir descansando. Se le indicará cómo aumentar gradualmente su actividad. Es posible que tenga que seguir tomando los medicamentos para el dolor durante un tiempo. Sin embargo, el dolor y las molestias deberían empezar a reducirse en una o dos semanas después de la cirugía. Antes de que se vaya a casa, se le explicarán otras técnicas para reducir el dolor y aumentar la flexibilidad. Su médico también le indicará cuándo puede volver al trabajo y a otras actividades como el deporte y la conducción.

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