Antecedentes Para el tratamiento eficaz de la tiña de la cabeza se requieren fármacos antimicóticos orales. Los champús antimicóticos tópicos, concretamente el champú de ketoconazol al 2% o los productos con sulfuro de selenio o ácido salicílico, se recomiendan como terapia complementaria. La monoterapia antifúngica tópica no ha tenido éxito en el tratamiento de la tinea capitis. El propósito de este estudio abierto fue evaluar el champú de ketoconazol al 2% como monoterapia para el tratamiento de la tinea capitis.
Método Un total de 16 niños negros, de entre 3 y 6 años de edad, todos ellos con tinea capitis probada causada por Trichophyton tonsurans, fueron tratados diariamente durante 8 semanas con champú de ketoconazol al 2% para un total de 56 tratamientos. Se realizaron exámenes clínicos y micológicos cada 2 semanas y de nuevo a las 4 semanas siguientes al tratamiento. Se contó el número de colonias en cada placa después de cada visita. Los pacientes con cultivos positivos después de 8 semanas fueron puestos en tratamiento con griseofulvina oral; aquellos con cultivos negativos fueron seguidos mensualmente por cultivo durante 12 meses adicionales.
Resultados Se produjo una marcada mejoría clínica en todos los pacientes en el plazo de 2 semanas y la ausencia de prurito fue notada por los pacientes tan pronto como 2-6 días. Tras 8 semanas de champú, 14 de los 15 (93%) niños estaban clínicamente curados. Desde el punto de vista micológico, los cultivos pasaron de un crecimiento confluente de T. tonsurans a menos de 100 colonias en 2 semanas; menos de 50 en la semana 4 y 20 colonias o menos después de la semana 6. A las 8 semanas de tratamiento, el número de colonias se mantuvo en 20 o menos. Seis de los 15 niños (40%) tuvieron cultivos negativos después de 2, 4 y 6 semanas. Un niño tuvo una recaída en la primera visita de seguimiento a las 4 semanas. Cinco de los 15 (33%) niños permanecieron con cultivos negativos durante los 12 meses posteriores al tratamiento.
Conclusiones El champú de ketoconazol al 2% por sí solo reduce el número de artroconidias viables en los niños con tinea capitis, reduciendo así la transmisibilidad y la naturaleza contagiosa de la enfermedad. Inesperadamente, se obtuvo la curación completa en 5/15 (33%) de los niños. Los niños permanecieron clínica y micológicamente limpios hasta un año después del tratamiento.