¿Te has preguntado alguna vez qué hacen tus ojos cuando finalmente los cierras después de un largo día de procesamiento y estimulación visual? Echemos un vistazo a lo que ocurre detrás de sus párpados cerrados cuando su cabeza toca la almohada.

En primer lugar, una vez que sus ojos están cerrados, siguen funcionando de forma limitada con la capacidad de percibir la luz. Esto explica por qué una luz brillante encendida o la salida del sol por la mañana pueden despertarle, mientras que estar tumbado en una habitación oscura le ayudará a dormir.

Durante el sueño sus ojos no envían datos visuales o información sobre imágenes a su cerebro. De hecho, la conexión entre tus ojos y tu cerebro tarda casi 30 segundos en reiniciarse cuando te despiertas. Por eso, a menudo es difícil ver imágenes completas y claras cuando se despierta por primera vez.

Nuestros cuerpos pasan por cinco fases de sueño conocidas como etapas 1, 2, 3, 4, (que en conjunto se denominan sueño no REM) y REM (movimiento ocular rápido). Durante un ciclo de sueño típico, se pasa de la fase 1 a la 4 y luego a la REM y se vuelve a empezar. Casi el 50 por ciento del tiempo total de sueño lo pasamos en la fase 2, mientras que el 20 por ciento lo pasamos en la fase REM y el 30 por ciento restante en las otras fases. Durante la etapa 1, los ojos giran lentamente, abriéndose y cerrándose ligeramente; sin embargo, los ojos permanecen inmóviles a partir de las etapas 2-4, cuando el sueño es más profundo.

Durante el sueño REM, los ojos se mueven rápidamente en una serie de direcciones, pero no envían ninguna información visual al cerebro. Los científicos han descubierto que durante el sueño REM la corteza visual del cerebro, encargada de procesar los datos visuales, está activa. Sin embargo, esta actividad forma parte de una función de formación o refuerzo de la memoria, cuyo objetivo es consolidar la memoria con las experiencias del día, en lugar de procesar la información visual que se ve. Este es también el momento en que la mayoría de las personas sueñan.

En cuanto a los párpados, cubren los ojos y funcionan como un escudo que los protege de la luz. También ayudan a conservar la humedad de la córnea y evitan que los ojos se sequen mientras el cuerpo descansa.

En resumen, aunque los ojos se mueven durante el sueño, no están procesando activamente las imágenes visuales. Al cerrar los párpados y dormir, los ojos descansan. Dormir ayuda a recargar los ojos, preparándolos para ayudarle a ver al día siguiente.

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