No se sabe mucho sobre las influencias en las que se basó Salinger para escribir El guardián entre el centeno. Se sabe que durante la Segunda Guerra Mundial se reunió con Ernest Hemingway en París, lo que sugiere que Salinger admiraba la obra de Hemingway. Aunque esto sea cierto, es difícil rastrear la influencia de algún autor en particular en El guardián porque la novela está escrita con una voz tan fresca y única, con un grado de franqueza y descaro tal vez sin precedentes en la ficción estadounidense. Dicho esto, temas similares surgen en libros como la novela de John Knowles de 1959, Una paz separada, que, al igual que El guardián entre el centeno, es una novela de madurez con el telón de fondo de un colegio de la Costa Este. El guardián entre el centeno se encuentra entre otras grandes historias de madurez, como Retrato del artista como joven, de James Joyce, y Todos los caballos bonitos, de Cormac McCarthy. Además, cabe mencionar que Salinger publicó un relato corto que mencionaba a Holden Caulfield seis años antes de que El guardián entre el centeno apareciera como libro. El relato fue publicado por Esquire con el título «This Sandwich Has No Mayonnaise» (Este sándwich no tiene mayonesa), y sugiere que Holden acaba desapareciendo en acción cuando es adulto. Esta información precede al enfoque de la novela sobre la depresión y los pensamientos suicidas de Holden Caulfield mientras navega por la zona gris entre la infancia y la edad adulta, similar a libros como The Bell Jar de Sylvia Plath, The Virgin Suicides de Jeffrey Eugenides y One Flew Over the Cuckoo’s Nest de Ken Kesey, que se centran en gran medida en la enfermedad mental. Aunque inicialmente estaba destinado a los adultos, El guardián entre el centeno se ha convertido en un libro emblemático para el público joven debido a su protagonista adolescente y a los temas de la alienación, la identidad, la salud mental y el crecimiento, que resuenan entre los adolescentes. Ha servido de inspiración para innumerables obras juveniles, como Buscando a Alaska, de John Green, que también trata de un adolescente desilusionado en un internado; It’s Kind of a Funny Story, de Ned Vizzini, que se centra en un joven suicida que se interna en un centro de salud mental; y The Perks of Being a Wallflower, de Stephen Chbosky, cuyo protagonista, al igual que Holden, es un estudiante de secundaria que relata los acontecimientos que conducen a su colapso mental.