¿Cómo se diagnostica la enfermedad de Addison?
La enfermedad de Addison es el resultado de la destrucción bilateral de las glándulas suprarrenales, que se encuentran encima de los riñones. Las glándulas suprarrenales son estimuladas por el cerebro para que produzcan cortisol en situaciones de estrés. La enfermedad de Addison puede presentarse como una enfermedad aguda o aparecer gradualmente. Una complicación poco frecuente de la enfermedad de Addison es la crisis suprarrenal, que se presenta como un shock o una presión arterial muy baja. El riesgo de sufrir una crisis suprarrenal aumenta si se padece una infección o una intervención quirúrgica, o si se experimenta cualquier tipo de estrés físico importante.
En el caso de la enfermedad de Addison crónica, los síntomas son vagos e inespecíficos. La enfermedad de Addison puede ser difícil de diagnosticar, y a menudo se tarda años en hacer el diagnóstico. Los síntomas de la enfermedad de Addison incluyen
- Fatiga y debilidad
- Poco apetito y pérdida de peso
- Náuseas, vómitos, y dolor abdominal
- Dolor muscular y articular
- Baja presión arterial
Algunas anomalías que pueden observarse en los análisis de sangre rutinarios y que apuntan a la enfermedad de Addison incluyen un nivel bajo de sodio o alto de potasio, anemia (bajo nivel de hierro) o un nivel alto de eosinófilos (un tipo de glóbulo blanco). A menudo, se detecta por primera vez mediante análisis de sangre rutinarios en un hospital o en la consulta del médico para comprobar los niveles de sodio y potasio. El médico también comprobará si hay hiperpigmentación, u oscurecimiento, de la piel o las encías, un signo de la enfermedad de Addison a largo plazo.