Descubre cómo escribir algo divertido en nuestra guía de técnicas de escritura de comedia

A todos nos gusta leer libros que nos hacen reír a carcajadas, y a muchos de nosotros también nos gustaría escribirlos. Si has sido bendecido con la capacidad de hacer reír a la gente con tus chistes, es probable que hayas pensado en escribir un libro divertido, o un guión, o un número de monólogos. Hacer reír a la gente es una habilidad en la vida real, y en el papel es más fácil de decir que de hacer: la escritura de comedias es uno de los trucos más difíciles de conseguir para un escritor. Pero nosotros podemos ayudarle a pulir sus técnicas de escritura de comedia y a aprender el oficio de escribir de forma divertida.

El premio Comedy Women in Print fue lanzado por la comediante Helen Lederer para celebrar y apoyar las novelas divertidas de las escritoras. Ellas nos han enviado sus mejores consejos sobre cómo escribir algo divertido, y nosotros hemos reunido consejos sobre técnicas de escritura de comedia de algunas de las escritoras y comediantes más divertidas del sector para acompañar cada punto. Todas estas mujeres saben cómo hacer reír a carcajadas a la gente, por lo que vale la pena seguir sus consejos para escribir comedia.

El personaje principal debe tener, o parecer tener, una voz auténtica. Si el lector no conecta con el tono, las risas no llegarán.

Ejercicio: Escribe un relato de un momento en el que hayas defendido algo en lo que creías firmemente y que, de alguna manera, se haya quedado corto. Puede ser una historia sobre la no participación en una manifestación en la que realmente querías estar porque perdiste el autobús, o cómo todo el mundo se rió de tus indignados correos electrónicos sobre la cocina sucia de la oficina. Recuerda el dolor y deja que el humor surja de tu propia situación.

Ejercicio: Escribe una lista de tópicos. Luego escribe al menos tres variantes de cada uno. Siendo totalmente despiadado contigo mismo, descarta todas las variantes que no sean realmente graciosas. Cuando se te ocurra uno que haga reír, escribe un flash fiction para darle vida.

Los escenarios cómicos suelen empezar con dolor (disfruta…)

Ejercicio: Piensa en tu adolescencia y piensa en algo que te pareció realmente espantoso en su momento. Empieza a escribir (sin intentar ser gracioso) y después de 30 minutos, guárdalo. Vuelve a escribir la pieza en varios días consecutivos y observa cómo cambia. ¿Sale algo gracioso de tu mala experiencia?

El diálogo de la comedia tiene que ser creíble para conectar (¿leerlo en voz alta? Las palabras pequeñas son puntos de puntuación muy eficaces para provocar risas).

Ejercicio: Ve a una cafetería, o a un pub, o siéntate en un autobús, en cualquier lugar donde puedas sentarte detrás de la gente que está hablando y escuchar a escondidas su conversación. En algún momento escucharás algo que te haga aguzar los oídos por su rareza o, mejor aún, que te haga soltar una carcajada. Recuerda las líneas clave del diálogo y anótalas. ¿Qué es lo que ha provocado la risa en el uso de las palabras? ¿Puedes identificarlo? Ahora intente escribir un diálogo imaginario que continúe a partir de las frases que escuchó.

Asegúrese de que el conflicto y el peligro aumenten… hasta que piense que no puede empeorar… y entonces lo hace.

Ejercite: Crea un escenario en el que un detalle menor salga mal para un personaje. A continuación, constrúyelo, poco a poco, hasta llegar al peor resultado posible que pueda relacionarse de forma plausible con la primera cosa que salió mal.

Justo cuando las cosas van bien, introduce un elemento de campo izquierdo: la imprevisibilidad es divertida.

Ejercicio: Empieza a escribir algo observacional sobre la vida cotidiana. Algo basado en la experiencia común – tal vez de las compras, o de las relaciones, o de Internet. Luego añade algo relacionado que sea único para ti. Puede ser todo lo disparatado que quieras, por ejemplo, un artículo sobre los mercadillos de coches que se desvíe hacia la forma en que tu obsesión por coleccionar muñecos trolls de los años 70 ha arruinado tu vida amorosa.

Por qué no dejas tu trabajo para el día y vuelves a él – edita y edita hasta que la página esté realmente magra – una buena edición puede convertir una prosa normal en un artículo muy mezquino e ingenioso.

Ejercicio: Coge un trozo que hayas escrito para uno de los ejercicios anteriores y ponte a cubrirlo despiadadamente con bolígrafo rojo de edición. Todo lo que no contribuya al humor de la pieza debe desaparecer. A continuación, después de haber llorado un poco y de haberse comido una rosquilla de miseria, léelo de nuevo. ¿Es más delgado, más malo y más divertido, o desearías no haberte molestado?

Aunque la sorpresa es necesaria en todo momento, aunque sólo sea para pillar desprevenido al lector, sé predecible al proporcionar una estructura de tres actos, no importa lo floja que sea: Situación, Conflicto, Resolución.

Ejercicio: Coge una de las piezas que has escrito para estos ejercicios, una que no hayas descuartizado. Tu trabajo consiste en convertirlo en una historia con principio, medio y final. Intenta escribir 1.500 palabras.

Explora y disfruta de las debilidades y los puntos débiles de los personajes: así ganarás simpatía y conexión. Una persona que niega su debilidad es divertida.

Ejercicio: Escribe una descripción de una persona con un defecto o debilidad de carácter evidente. Hasta aquí, muy fácil. Pero tu trabajo consiste en escribirla para intentar descubrir qué es lo que mueve a esa persona. Una vez que te hayas metido en su piel, escribe un trozo de monólogo interior desde su perspectiva, teniendo en cuenta que no es consciente del defecto o la debilidad que estás explorando.

Muestra, no cuentes: el lector es inteligente y perderá el interés si se le alimenta con una cuchara o si la prosa se explica en exceso… la colocación clave de las palabras cómicas es una joya, mientras que esforzarse es molesto (¡perdón por sonar estricto, pero lo has pedido!)

Ejercicio: Piensa en algo que te haya hecho reír recientemente y escríbelo como si se lo contaras a un amigo. ¿Cómo lo vas a transmitir por escrito? Date 500 palabras y prohíbe los elementos innecesarios (quizás adverbios, adjetivos, palabras que suenen como si te hubieras comido el diccionario).

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